Todas las personas pueden sufrir un problema vocal en alguna etapa de la vida. Las personas que utilizan su voz de manera profesional, como los docentes, los entrenadores, los miembros del clero, los artistas, los abogados y los teleoperadores, pueden ser más propensas a tener problemas de voz.
La terapia vocal puede mejorar la salud, la función, la calidad y la resistencia de la voz. Por tal motivo, se la suele llamar "terapia física para la voz". Es posible que lo deriven a una terapia vocal tras una evaluación de la voz conjunta por parte de un laringólogo (un otorrinolaringólogo con formación avanzada en trastornos de la voz) y un patólogo del hablar especializado en la voz.
Durante la terapia vocal, su patólogo del habla creará un programa de ejercicios para realizar en casa, personalizado para su problema vocal específico, que le ayudará a recuperar la voz. Para alcanzar su objetivo, necesitará la orientación experta de su terapeuta y una práctica constante fuera de la terapia vocal. Aprenderá a reequilibrar todo su instrumento vocal, por ejemplo, cómo utilizar la respiración para hablar y cómo relajar la garganta para producir su mejor sonido de la forma más fácil.
La terapia vocal también puede ayudarle a mejorar su voz si padece algo de lo siguiente:
- Lesión de las cuerdas vocales
- Inflamación de las cuerdas vocales
- Nódulos vocales, pólipos o quistes (u otras lesiones no cancerosas)
- Parálisis de las cuerdas vocales
- Afinamiento de las cuerdas vocales (también conocido como atrofia de las cuerdas vocales)
- Disfonía por tensión muscular
- Disfonía espasmódica
- Temblor en la voz
- Tos crónica, carraspeo crónico y otros problemas relacionados con la laringe irritable