Los trastornos de oído, nariz y garganta pueden variar desde problemas comunes (como infecciones del oído, tos crónica o congestión nasal) hasta preocupaciones más graves (como obstrucción de vías respiratorias o una masa en el cuello). Pueden ser problemas con los que nació su hijo, por ejemplo, labio leporino o deformidad en la oreja, o algo que se desarrolla más adelante, como enfermedad tiroidea o paratiroidea.
Es importante buscar tratamiento para trastornos de otorrinolaringología, ya que pueden afectar la capacidad de su hijo para:
- Equilibrar
- Respira
- Oír
- Participar en actividades sociales u otras
- Sueño
- Hablar
- Tener éxito en la escuela
- Tragar