Las pruebas auditivas son personalizadas para su hijo, en función de lo que sea apropiado para el desarrollo y relevante para sus síntomas. Ofrecemos una variedad de opciones para que su pequeño se sienta lo más cómodo posible durante las pruebas y los procedimientos. Algunas pruebas se pueden hacer mientras su hijo está dormido. Si es necesario, podemos ofrecer sedación leve o anestesia general para garantizar los mejores resultados.
Pruebas de audición para recién nacidos
Todos los bebés nacidos en los hospitales de Duke se someten a una detección auditiva para recién nacidos antes de irse a casa. Si su hijo nació en un centro de maternidad o en casa, es importante que se haga una prueba de audición dentro del primer mes de vida. La detección es rápida, indolora y se puede realizar mientras el bebé está dormido o acostado.
- Evaluación de respuesta auditiva automatizada del tronco encefálico (AABR): Evalúa la forma en que el sonido viaja al cerebro. La prueba AABR es ideal para los recién nacidos porque no requiere que responda ni que indique lo que escucha. Se colocan electrodos en la piel del bebé y los sonidos se transmiten a través de auriculares. Las respuestas del cerebro a esos sonidos son registradas por una computadora.
A veces, los recién nacidos pueden no pasar esta detección inicial por una razón, como tener líquido en los oídos. Es muy importante que se sometan a pruebas de seguimiento lo antes posible (antes de los tres meses de edad) para determinar si hay pérdida auditiva. Si es así, la intervención temprana es clave para garantizar que su bebé alcance importantes hitos en el desarrollo de la comunicación y el habla.
Evaluación de pérdida auditiva
Si su bebé no superó las pruebas iniciales de detección del recién nacido o si le preocupa la pérdida auditiva en un niño mayor, podemos realizar una serie de pruebas para descubrir el origen y la gravedad de la pérdida auditiva. Todas estas pruebas son indoloras y no invasivas.
- Pruebas diagnósticas de respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR, sigla en inglés): Ayuda a determinar el tipo y el grado de pérdida auditiva. Se usa comúnmente como prueba de seguimiento en bebés que no pasaron una detección auditiva para recién nacidos, pero también se usa para niños mayores que no pueden participar en otros tipos de pruebas auditivas. La ABR diagnóstica se puede realizar durante el sueño en bebés menores de tres o cuatro meses, o bajo sedación en niños mayores. Esta prueba suele tardar unas dos horas.
- Audiometría: Mide la capacidad de su hijo para escuchar una variedad de sonidos necesarios para la comprensión del habla y el desarrollo. Las pruebas de audiometría funcionan mejor para niños de siete meses en adelante. Ayuda a determinar el grado y el tipo de pérdida auditiva que puede tener su hijo. Se les pide a los niños que giren la cabeza hacia un sonido o que participen en un juego sencillo. Estas pruebas suelen tardar unos 30 minutos.
- Pruebas de inmitancia: Evalúa qué tan bien están funcionando las estructuras del tímpano y del oído medio. Se coloca una punta pequeña y suave en el canal auditivo para medir los cambios en la presión del oído. Esto tarda unos cinco minutos.
- Pruebas de emisión otoacústica (OAE): Mide qué tan bien está funcionando el oído interno (cóclea). Se inserta un pequeño tapón suave en el oído de su hijo y se reproducen una serie de tonos y clics. Una computadora registra las respuestas del oído interno.
Evaluación del trastorno del procesamiento auditivo
Si su hijo tiene problemas para escuchar, no entiende las conversaciones o tiene dificultad para seguir instrucciones, nuestros audiólogos pueden administrar pruebas para identificar el trastorno del procesamiento auditivo (APD). Los niños con APD pueden tener una audición normal, pero su cerebro reconoce y procesa incorrectamente los sonidos y las palabras, especialmente en presencia de ruido de fondo.