Claves para entender el dolor
Posibles causas del dolor
El dolor es la forma en que su cuerpo le indica que algo no está bien. Puede deberse a una lesión en un órgano o tejido, como un desgarro en un ligamento o músculo; a una enfermedad, como la artritis o el cáncer; o a un daño en un nervio a causa de una lesión, el envejecimiento, una enfermedad (como la diabetes), la compresión o la inflamación. Puede ser el resultado de una afección psicológica. Además, el dolor puede ser una enfermedad en sí —no solo un síntoma—, que aparece cuando las células nerviosas están desequilibradas.
Dolor agudo vs. dolor crónico
El dolor que aparece repentinamente y dura poco tiempo, días o semanas, se denomina dolor agudo. El dolor persistente que dura de tres a seis meses o más se considera dolor crónico. Puede aparecer en intervalos o como una sensación constante. Sin importar la zona del cuerpo en la que aparezca, el dolor puede ser debilitante, tanto física como psicológicamente, especialmente cuando se desconoce su causa.
Tratamientos complementarios para el dolor
Un plan de manejo integral del dolor suele incluir diversas terapias. La combinación adecuada dependerá de la causa y la intensidad de su dolor. Las terapias complementarias suelen ser el primer paso.
Acupuntura
La acupuntura consiste en colocar estratégicamente agujas finas en la piel para aliviar el dolor.
Salud conductual
Los especialistas en salud conductual pueden utilizar terapia cognitiva y otras formas de asesoramiento para ayudarle a manejar la depresión, la ansiedad y los efectos emocionales que acompañan al dolor crónico. También pueden enseñarle ejercicios de respiración, técnicas de relajación muscular, habilidades para afrontar el dolor y métodos para manejar el estrés.
Biofeedback
El biofeedback ayuda a entrenar las funciones del cuerpo, incluidas las respuestas automáticas al dolor. Algunas de estas son la tensión muscular, las expresiones físicas, la respiración acelerada y el ritmo cardíaco elevado. Existen distintos tipos de biofeedback, pero, en general, se colocan electrodos en zonas del cuerpo para medir las respuestas, como las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco y las contracciones musculares. A lo largo del tiempo, el biofeedback le ayuda a entender qué provoca estos cambios en su cuerpo y le enseña a controlarlos de una mejor manera.
Estimulación eléctrica
Un TENS (estimulador nervioso eléctrico transcutáneo) se puede utilizar en el consultorio de su médico o en casa. La versión portátil es tan pequeña que cabe en la mano. Cuando sienta dolor, colóquese los electrodos reutilizables en la espalda y conéctelos mediante cables al TENS. Luego, encienda el dispositivo para que emita una leve corriente eléctrica (no debería doler) a través de la piel durante 15 a 30 minutos. Esto estimula los nervios e interfiere en los receptores de dolor en el cerebro.
Cambios en el estilo de vida
Es posible que se sugieran cambios en la dieta, una rutina de ejercicios y ciertos hábitos de sueño para mejorar su salud general, reducir la inflamación y manejar el estrés.
Terapia de masaje
Con el masaje, se manipula los músculos para relajarlos, aliviar la tensión y mejorar el flujo sanguíneo y la circulación.
Meditación
Aprender a concentrarse en un solo punto le permitirá calmar su mente y liberar endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. También reduce la liberación de hormonas del estrés, que causan inflamación y desencadenan dolor.
Se le podría recetar una rutina de ejercicios que mejore su flexibilidad y fuerza para aliviar el estrés y disminuir el dolor.
Procedimientos intervencionistas
En algunos casos, se puede recomendar uno de los siguientes procedimientos intervencionistas.
Bloqueos nerviosos e inyecciones
Se pueden inyectar medicamentos en los nervios, o cerca de ellos, que pueden ser la fuente de dolor. Con esto se adormecen los nervios y se bloquean las señales de dolor. Las inyecciones de esteroides pueden dar alivio para el dolor debido a la inflamación de los nervios. También se pueden recetar inyecciones de botox, inyecciones en puntos gatillo e inyecciones articulares, según sea necesario.
Terapia con bomba intratecal
Se trata de una bomba implantada quirúrgicamente que libera dosis bajas de medicamentos en el espacio alrededor de la columna vertebral para reducir las señales de dolor. Esto reduce los efectos secundarios de los medicamentos en dosis altas y permite un mejor control del dolor.
Estimulación de la médula espinal
Se implantan electrodos en la médula espinal y un generador bajo la piel del abdomen o los glúteos. El generador transmite impulsos eléctricos a través de los electrodos para bloquear las señales de dolor.
Estimulación de nervios periféricos (PNS)
Se implantan pequeños electrodos junto a un nervio periférico fuera del cerebro o la médula espinal, y se coloca un generador bajo la piel. La electricidad del generador viaja hasta el electrodo para bloquear las señales de dolor enviadas por el nervio periférico.