Un trasplante de hígado positivo para hepatitis B salva a un hombre de Charleston con enfermedad hepática terminal

Por Larissa Biggers
26 de septiembre de 2022
John White de pie en un camino con un pantano y un barco en el fondo

John White en un sendero en Charleston Harbor, Mt. Pleasant, SC. Fotografía de cortesía de Cindy White.

John White tuvo que soportar innumerables visitas al hospital, caídas, desorientación y dolor antes de que le diagnosticaran una serie de afecciones como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y cirrosis hepática. Sin embargo, su puntuación MELD, una medida de la salud del hígado, no era suficiente para conseguir lo que necesitaba a fin de llevar una vida más sana: un trasplante de hígado. Gracias a Carl Berg, MD, hepatólogo especialista en trasplantes de Duke Health, White aprovechó una nueva oferta solo disponible en un número reducido de centros en EE. UU., un trasplante de hígado de un donante con hepatitis B. Hoy, este hombre de 59 años está sano, libre de hepatitis y ha vuelto a disfrutar de la vida.

Un diagnóstico de EHNA sin opciones de tratamiento

Durante una hospitalización en 2016 a causa de una hemorragia grave en el esófago, White se conmocionó al enterarse de que padecía cirrosis hepática y EHNA en etapa avanzada. Debido a que no existe un tratamiento eficaz contra la EHNA, los médicos de White le recetaron medicamentos para tratar las complicaciones de la enfermedad. Sin embargo, White pasó gran parte de su tiempo en el hospital y sufrió episodios de desorientación y caídas con frecuencia. "Me sentía miserable", expresó White. "Me perdía conduciendo. Un día me subí al coche y me olvidé cómo se arrancaba. Llegué a un punto en el que simplemente no servía".

La derivación a Duke

Debido al deterioro de la salud de White, el médico de atención primaria ubicado cerca de su casa en Charleston, SC, le recomendó un trasplante de hígado. Por desgracia, el bajo puntaje de White en la escala del modelo de enfermedad hepática terminal (MELD, por sus siglas en inglés) lo colocó al final de la lista nacional de espera para la donación de órganos, por lo que su nivel de prioridad en el centro local de trasplantes era muy bajo. "Estaba muy mal, pero su puntaje no lo reflejaba", dijo su esposa, Cynthia, quien dejó su trabajo para convertirse en la cuidadora de su marido a tiempo completo. El médico supuso que realizarían el trasplante cerca de casa, pero los White habían investigado sobre los resultados y las tasas de supervivencia del trasplante de hígado, por lo que solicitaron una derivación a Duke.

Una opción innovadora para el trasplante de hígado

En junio de 2019, White acudió a Duke para someterse a una evaluación. Aunque le aprobaron el trasplante de hígado, aún estaba limitado por la baja puntuación del MELD. Mientras tanto, su salud seguía empeorando. El Sr. White siguió el consejo del Dr. Berg e investigó acerca de la donación en vida. Sin embargo, ninguno de los posibles donantes era compatible. Los White casi habían perdido la esperanza cuando recibieron una llamada del Dr. Berg, quien les preguntó si considerarían la opción de someterse al trasplante de un donante cuya prueba de hepatitis B o C haya dado positivo. 

Al principio, White no estaba interesado. "No sabía que la hepatitis podía curarse o evitarse", recordó. Luego de que el Dr. Berg le explicara que la hepatitis B se puede controlar mediante una vacuna y un medicamento diario y que la hepatitis C se puede curar por completo, White cambió de opinión. 

Un hombre nuevo después de una cirugía exitosa

Unos meses después de esa conversación, los White se enteraron de que había un hígado disponible. El donante padecía hepatitis B y C, pero el órgano estaba en buenas condiciones. Los White no dudaron ni un segundo. "Lo aceptaremos", le dijeron al coordinador de trasplantes. "Sabíamos que era una cuestión de vida o muerte", afirmó Cynthia White.

imagen de comillas

"No nos satisface brindar atención médica común y corriente ni tratar a todos los pacientes por igual. Nos centramos en allanar un camino personalizado hacia el trasplante para cada persona".

Carl Berg, MD

Antes de la cirugía, White fue vacunado contra la hepatitis B. Luego, recibió un tratamiento posquirúrgico contra la hepatitis C contraída en el órgano donado. Además, toma un medicamento a diario para suprimir cualquier posible infección por hepatitis B. "No ha tenido ningún problema con la hepatitis, ni espero que lo tenga", dijo el Dr. Berg. "El hígado está sano y el medicamento funciona de forma maravillosa". 

Hoy en día, White es un hombre nuevo. "Me siento saludable, como si pudiera hacer cualquier cosa". Agradece al equipo de trasplantes de Duke. "Se esforzaron mucho y consideraron todas las opciones posibles. Si este tipo de trasplante no hubiera sido factible, creo que estaría muerto o muy lejos de recibir un trasplante de hígado", afirmó.

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