Enfermedades hepáticas relacionadas
MASH
La esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH), antes conocida como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), es la forma agresiva de la MASLD. Puede provocar inflamación hepática, cicatrización hepática avanzada (cirrosis) e insuficiencia hepática. La MASH es la causa de cáncer de hígado de más rápido crecimiento y conlleva más trasplantes de hígado que ninguna otra enfermedad hepática.
MetALD
La MetALD es el desarrollo de grasa en el hígado como consecuencia del consumo de alcohol y de la presencia de MASLD (esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica). Las personas suelen beber alcohol y tener factores de riesgo metabólico. Esta afección puede provocar cirrosis y acumulación de grasa, inflamación y cicatrices en el hígado.
Diagnóstico de la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD)
Su médico indagará sobre su historia clínica y le realizará un examen físico. Podría recomendarle una o varias de las siguientes pruebas.
Índice de fibrosis 4 (FIB4)
El FIB4 utiliza su edad y los análisis de sangre habituales, incluidos los valores de las enzimas hepáticas y las plaquetas, para determinar su riesgo de padecer fibrosis hepática. Esta prueba se recomienda para TODOS los pacientes con diabetes tipo 2, obesidad complicada o factores de riesgo de MASLD.
FibroScan (elastografía transitoria)
Esta prueba de ultrasonido permite medir la rigidez del hígado, es decir, el grado de fibrosis. Está disponible en las clínicas hepáticas.
Su médico de Duke utilizará tecnologías avanzadas en resonancia magnética para determinar con precisión el grado de fibrosis hepática sin necesidad de practicar una biopsia del hígado.
Biopsia de hígado
Consiste en la recolección de un pequeño trozo de tejido hepático a través de una aguja fina que se introduce en el abdomen. La biopsia permite conocer el grado de fibrosis hepática y confirmar el diagnóstico.
Tratamientos para la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica
El control de los factores de riesgo puede mejorar los síntomas y detener la progresión del daño hepático.
Modificaciones en el estilo de vida
Un estilo de vida sano, que incluya eliminar las grasas saturadas, el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa y las bebidas azucaradas de la dieta, es fundamental para controlar la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica y evitar que empeore. Nuestros hepatólogos pueden ayudarle a elegir alimentos saludables y a incorporar el ejercicio físico a su vida. Moverse a diario puede ayudar a controlar la enfermedad, incluso si no realiza cambios importantes en su alimentación.
Perder el 10% de su peso corporal puede reducir la grasa, la inflamación y la cicatrización en el hígado. Los fármacos para la pérdida de peso y las cirugías de pérdida de peso han mostrado ser prometedores para abordar la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica. Nuestros hepatólogos pueden derivarlo a un especialista en pérdida de peso para ayudarle a controlar el peso y su enfermedad hepática. Ofrecemos una gama completa de opciones para el control del peso, desde cambios en la dieta hasta cirugía bariátrica.
Mejorar la salud cardiovascular
Las enfermedades cardíacas, como la hipertensión y el colesterol alto, aumentan el riesgo de padecer una esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica. Por tal motivo, nuestros hepatólogos trabajan con los cardiólogos de Duke para ayudarle a prevenir o controlar las enfermedades cardíacas. Esto puede incluir tomar medicamentos de venta con receta, como estatinas o inhibidores de la ECA, participar en un programa para dejar de fumar o controlar el estrés.
Si tiene cirrosis avanzada, la mejor opción de tratamiento podría ser un trasplante de hígado. Su equipo de tratamiento evaluará exhaustivamente su afección para determinar si esta es la opción adecuada para usted.