Se preserva la audición luego de una cirugía que extirpó un gran neuroma acústico

Duke ofrece un abordaje quirúrgico avanzado para el tumor de base de cráneo

Por Morgan deBlecourt
20 de agosto de 2024
Eliana Vera González sonríe mientras su hija la abraza en su casa en Morrisville, NC.

Eliana Vera González sonríe mientras su hija la abraza en su casa en Morrisville, NC.

En septiembre de 2023, a Eliana Vera González la diagnosticaron con un neuroma acústico, un tumor de base de cráneo no canceroso que crece cerca del cerebro y del oído interno. Debido a su tamaño y ubicación, extirparlo podría provocar una pérdida funcional permanente, incluida la pérdida auditiva. Los cirujanos de Duke utilizaron una técnica quirúrgica avanzada para extirpar de forma segura el tumor de González y preservar su audición. Ahora González, de 38 años, está agradecida de poder disfrutar del tiempo con su familia. "Pasé unos meses sin poder jugar con mi hija de siete años por dolores de cabeza y mareos", dijo González. "Hoy, gracias a Dios y a Duke, podemos hacerlo".

Los síntomas permanentes se convierten en emergentes

Hace algunos años, en su país de origen, Venezuela, los médicos de Eliana Vera González sospecharon que padecía vértigo cuando comenzó a sufrir mareos, dolores de cabeza y problemas de audición. Los síntomas empeoraron con el tiempo, y se desmayó varias veces después de llegar a Estados Unidos. Durante una visita a la sala de emergencias del hospital de la Universidad de Duke, González se enteró de que le estaba creciendo un tumor dentro del cráneo y de que necesitaba someterse a una cirugía para extirparlo. Aunque González estaba asustada, encontró consuelo en Catherine Lingo, RN, enfermera de enlace de Duke, que acompaña a personas como González a lo largo del tratamiento.

"Al principio, estaba muy nerviosa", dijo González. "El miedo hace que tengas muchas dudas. Pero Catherine me ayudó a mantener la calma".

El neuroma acústico amenaza la audición

El tumor de González era un neuroma acústico, un tumor benigno que crece cerca de los nervios responsables de la audición y el equilibrio. El tumor, que tenía aproximadamente tres centímetros, bloqueaba los conductos del líquido cefalorraquídeo y provocaba una peligrosa acumulación de líquido, una afección llamada hidrocefalia. Los médicos de Duke realizaron un procedimiento para liberar la presión en el cerebro de González. A continuación, era necesario extirpar el tumor, pero esto podría causar que González pierda la audición de un lado, sufra mareos permanentes y se dañe en el nervio facial.

"Debido al lugar donde crecen los neuromas acústicos, una de las mayores preocupaciones del tratamiento es la posible pérdida auditiva", dijo Cal Cunningham, MD, neurootólogo de Duke. "Existe una posibilidad significativa de que el paciente pierda toda la audición del lado donde tiene el tumor, independientemente de la opción de tratamiento que elija".

El Dr. Cunningham es uno de los tantos médicos otólogos y neurootólogos de Duke, experto en otorrinolaringología, que se especializa en problemas de oído difíciles de tratar como los neuromas acústicos. En colaboración con neurocirujanos, oncólogos de radioterapia, audiólogos, fisioterapeutas, entre otros, trabajan para obtener los mejores resultados posibles para las personas que tienen tumores de base de cráneo. "Estas afecciones pueden tener una enorme repercusión en la calidad de vida de las personas. Nuestro objetivo es intentar preservar e incluso restablecer su función normal para que puedan retomar su vida", dijo Cunningham.

Una técnica quirúrgica permite conservar la audición

El Dr. Cunningham se asoció con Ali Zomorodi, MD, neurocirujano de Duke, para acceder al tumor de González a través del hueso situado detrás de la oreja izquierda. Aunque resultaba difícil con un tumor tan grande como el de González, esta técnica aumentaba las posibilidades de preservar su audición y reducía el riesgo de dañar los nervios faciales cercanos. Cuando despertó, González supo que sus médicos habían logrado el objetivo.

"Los resultados positivos fueron increíbles, porque era muy poco probable que pudiera oír por el lado izquierdo", comentó González.

Una nueva normalidad después del tratamiento

A excepción de una pequeña complicación semanas después de la cirugía, González se recuperó bien y agradece sentirse mejor.

"Puedo hacer un montón de cosas que antes no podía", dijo González. "No podía caminar sola, debido a los mareos. Me había olvidado cómo se sentía caminar mirando al frente y no tener que sostenerme de una pared o de otra persona, o de girar sin confundirme o marearme".

Lo mejor de todo es que puede correr, reír, saltar y cantar con su hija. "Es increíble", dijo.

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