Cuando llegue al hospital de la Universidad de Duke, usted y sus cuidadores se reunirán con los miembros del equipo de trasplante, incluidos el cirujano y el anestesista. Se le realizará una radiografía de tórax, un electrocardiograma, análisis de orina y de sangre, y se le preparará para la cirugía.
Antes de aceptar un hígado para trasplante, se lo evalúa minuciosamente. Los hígados de los donantes no deben estar dañados ni enfermos. A veces, el órgano no está sano o no se adapta bien y hay que cancelar el trasplante. Esto se conoce como "simulacro". Si le sucede, seguiremos atendiéndole y preparándole para una futura cirugía de trasplante. Nuestro objetivo es proporcionarle un hígado que le dure toda la vida.