Las alteraciones del ritmo circadiano se convierten en trastornos cuando afectan a la vida diaria, producen angustia o alteran el funcionamiento.
Trastorno de retraso de la fase de sueño y vigilia
El intervalo normal de sueño se retrasa dos o tres horas, por lo que las personas que lo padecen no se sienten cansadas hasta después de la medianoche y prefieren dormir hasta media mañana. Un cambio en este sentido es normal entre los adolescentes, pero, por lo general, se resuelve por sí solo con el correr del tiempo.
Trastorno de adelanto de la fase de sueño y vigilia
El intervalo normal del sueño se adelanta dos o tres horas, por lo que las personas que lo padecen prefieren dormirse a primera hora de la noche y despertarse a primera hora de la mañana. Un cambio en este sentido es normal entre los adultos mayores, pero no a este extremo.
Trastorno de ritmo de sueño-vigilia que no dura 24 horas
Es común entre personas no videntes que no pueden percibir la luz. El reloj circadiano diario normal se prolonga dos o tres horas. En lugar de querer dormir cada 24 horas, es posible que las personas que lo padecen no estén listas para dormir hasta 25 o 26 horas después de su inicio de sueño anterior. Como resultado, los horarios de sueño y vigilia cambian a diario.
Trastorno de ritmo irregular de sueño y vigilia
Es común entre personas con afecciones neurológicas como la demencia o personas que han tenido una lesión cerebral traumática. Los intervalos de sueño son cortos (quizás de dos o tres horas de duración) y se reparten a lo largo del día.