Una conmoción cerebral por actividad deportiva puede producirse tras el contacto directo de la cabeza con un objeto, el suelo u otro jugador, o tras un contacto indirecto, como un golpe en el cuerpo que hace que la cabeza se mueva o gire rápidamente. Las conmociones cerebrales pueden causar diversos síntomas. Los síntomas físicos pueden incluir dolor de cabeza, mareo, dolor de cuello, alteraciones del equilibrio, problemas de visión, sensibilidad al ruido o a la luz, intolerancia al ejercicio y fatiga. Los síntomas mentales pueden incluir dificultades para concentrarse, problemas de memoria o confusión. Los síntomas emocionales pueden incluir tristeza, irritabilidad, ansiedad o nerviosismo. Además, una conmoción cerebral puede afectar su capacidad para dormir con normalidad.
Es importante buscar atención médica pronto después de una conmoción cerebral por actividad deportiva para ayudar a promover la recuperación de los síntomas y permitir el regreso seguro a la práctica del deporte.