El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido acuoso que protege, nutre y elimina los desechos del cerebro y la médula espinal. Cuando un área del cráneo se daña, se adelgaza o se agrieta, la duramadre (cubierta del cerebro y la columna vertebral) queda expuesta y puede desgarrarse fácilmente. La causa puede ser una lesión traumática, un tumor, una infección, una cirugía o hipertensión intracraneal.
La hipertensión intracraneal es similar a la presión arterial alta, pero en el cerebro. El LCR bajo presión puede desgastar el cráneo, debilitándolo y haciéndolo más delgado. La hipertensión intracraneal puede ser primaria, es decir, no existe una causa determinada, o secundaria a otro problema como una hemorragia cerebral.
Signos de una fuga de LCR craneal
Los signos más comunes de una fuga de LCR craneal son dolores de cabeza crónicos, secreción acuosa de la nariz o el oído (especialmente en un lado), entre otros. Sin tratamiento, las fugas de LCR pueden llevar a infecciones intracraneales peligrosas, como meningitis o cerebritis, neumoencéfalo (aire en el cerebro y el cráneo) y dolores de cabeza.