El diagnóstico del trastorno del procesamiento auditivo puede ser impreciso, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otros trastornos o verse eclipsados por afecciones como las dificultades de aprendizaje, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el autismo. Lo más recomendable es descartar estas afecciones antes de realizar una evaluación para el APD. Podemos evaluar a niños con estos diagnósticos para identificar áreas de debilidad, pero no podemos considerar el APD como un trastorno independiente en estos casos.
Las pruebas del APD se recomiendan para:
- Niños de siete años en adelante
- Niños y adultos con una audición normal