Esta evaluación inicial incluye una revisión de la historia clínica, registros médicos y medicamentos de su hijo, un examen neurológico y una o más de las siguientes pruebas.
Resonancia magnética
La resonancia magnética utiliza imanes para crear una imagen de alta calidad del cerebro y detectar anomalías que pueden revelar el foco de las convulsiones.
Electroencefalografía rutinaria (EEG)
Se colocan electrodos en el cuero cabelludo para registrar ondas cerebrales. Mientras permanece quieto en una cama, se puede solicitar a su hijo que realice tareas sencillas o que observe una luz intermitente. En la mayoría de los casos, se registran ondas cerebrales cuando su hijo está despierto y dormido.
EEG ambulatorio a domicilio
Esta prueba registra las ondas cerebrales durante un período más prolongado que un EEG de rutina para aumentar las posibilidades de detectar una irregularidad. Su hijo regresará a casa con electrodos en el cuero cabelludo y un grabador portátil en miniatura durante uno a cuatro días. La actividad del cerebro se registra de forma continua. Se le pedirá que presione un botón cuando ocurran convulsiones y que lleve un registro detallado de las actividades de su hijo. Esto ayuda a médicos a aprender más sobre convulsiones de su hijo.
EEG por video y unidad de monitoreo de epilepsia
Esta tecnología registra ondas cerebrales y captura video durante convulsiones reales, lo que puede ayudar a médicos con diagnóstico y evaluación quirúrgica. Antes y durante la prueba, se suelen reducir o detener los medicamentos anticonvulsivos para aumentar las probabilidades de registrar una convulsión. Su hijo será admitido en el hospital durante tres a cinco días y será monitoreado de cerca en nuestra unidad especializada de monitoreo de epilesia (EMU). El EEG por video también puede realizarse usando electrodos que se colocan quirúrgicamente en el cerebro. Esto permite un mapeo más preciso del funcionamiento del cerebro y un mayor enfoque en los orígenes de las convulsiones.
Pruebas genéticas
Una muestra de sangre o un hisopo de mejilla puede ayudar a determinar si la epilesia de su hijo es genética, lo que puede afectar el plan de tratamiento.