Lo que debe saber sobre el cáncer de próstata

El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más frecuente en los hombres, además del cáncer de piel. De hecho, la American Cancer Society calcula que a uno de cada ocho hombres en los Estados Unidos le diagnosticarán esta enfermedad en algún momento de su vida.
Afortunadamente, hoy en día existen más y mejores opciones de tratamiento que nunca. Con una detección adecuada y un tratamiento minucioso, la gran mayoría de los hombres con cáncer de próstata sobreviven a la enfermedad y disfrutan de una buena calidad de vida después del tratamiento.
Quiénes deben realizarse un examen de detección y cuándo
Una de las formas más eficaces de vencer el cáncer de próstata es someterse a exámenes de detección periódicos a partir de los 45 años, en los cuales se realiza la prueba del antígeno prostático específico (PSA), que está ampliamente disponible. La prueba para medir la cantidad de PSA en el torrente sanguíneo de un hombre le permite al médico descubrir antes el cáncer de próstata, y esto le ofrece al paciente más probabilidades de supervivencia.
La prueba no es perfecta. Algunos estudios indican que no logra detectar hasta el 15% de los casos de cáncer, mientras que identifica algunos tumores tan pequeños y de crecimiento tan lento que no suponen ninguna amenaza.
Aun así, la prueba del PSA sigue siendo el mejor recurso disponible para predecir el cáncer de próstata. La prueba de detección de PSA es especialmente importante para los hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata y para los hombres de raza negra, que tienen un 60% más de incidencia de la enfermedad en comparación con los hombres de raza blanca.
The American Urological Association (AUA) recomienda que todos los hombres se sometan a una prueba inicial de PSA entre los 45 y 50 años. Los médicos utilizan los resultados para personalizar la frecuencia de las futuras pruebas de detección.
Qué esperar
Si la prueba de PSA muestra un valor inesperadamente elevado, deberá repetirse. Si se vuelve a obtener el mismo resultado, se realizará una resonancia magnética para estudiar la glándula prostática. Si se encuentra alguna lesión durante la resonancia magnética, su médico le realizará una biopsia prostática por fusión, que combina las imágenes de la resonancia magnética y del ultrasonido para obtener la imagen más precisa de la próstata. Esto ayuda a su urólogo a detectar y localizar zonas específicas de la próstata, en lugar de zonas aleatorias, y hacer una biopsia con precisión basándose en las imágenes obtenidas. Sin embargo, es importante señalar que su urólogo podría obtener muestras adicionales de biopsia para asegurarse de que no se haya pasado por alto ninguna zona.
Nuevas opciones de tratamiento
Si la biopsia confirma que tiene cáncer de próstata, existen muchas opciones posibles de tratamiento. De hecho, en algunos tumores bien diferenciados, incluso podría no ser necesario ningún tratamiento. Si la enfermedad se detecta a una edad muy avanzada o el tumor es de crecimiento lento, los médicos podrían recomendar una supervisión activa, es decir, un seguimiento minucioso de la evolución del cáncer con pruebas de PSA, exámenes físicos y, esporádicamente, resonancias magnéticas y biopsias para determinar si es necesario un tratamiento y cuándo iniciarlo.
El tratamiento de casos de cáncer más agresivos varía en función de las necesidades médicas individuales y de las preferencias personales. Dado que los pacientes suelen tener tumores diseminados por toda la próstata, la mayoría de las terapias se centran en eliminar toda la glándula.
La terapia focal, que actúa de forma selectiva y extirpar solo la zona cancerosa de la próstata, es un nuevo enfoque que intenta conservar las porciones no cancerosas de la glándula prostática. Esto permite preservar mejor la función urinaria y sexual. Aunque varios cirujanos de Duke ofrecen la terapia focal, aún no se considera un procedimiento habitual. La terapia focal puede ofrecerse como parte de un estudio clínico .
La técnica más utilizada es la prostatectomía con preservación de los nervios, en la que el cirujano extirpa la próstata preservando los nervios circundantes que controlan la función eréctil y urinaria. La mayoría de los hombres que son plenamente potentes antes de la operación pueden recuperar la erección necesaria para el coito tras un periodo de rehabilitación del pene.
En la prostatectomía robótica se utiliza un sistema robótico de precisión para ayudar a los cirujanos a extirpar la próstata con incisiones muy pequeñas. Los cirujanos pueden realizar la operación abierta a través de incisiones mucho más pequeñas y con menos efectos secundarios que en años anteriores.
La radioterapia se utiliza habitualmente para tratar el cáncer que se ha propagado más allá de la próstata, y también puede ofrecer una alternativa a la cirugía. Una de las opciones más recientes es la braquiterapia, en la cual los médicos introducen semillas radiactivas en la próstata a través de catéteres delgados. Las semillas destruyen la próstata y al mismo tiempo reducen al mínimo la cantidad de radiación administrada a los tejidos circundantes.
La crioterapia es otra opción de tratamiento para el cáncer de próstata localizado. En esta técnica, se introducen agujas finas en la próstata y se congelan, formando focos de hielo que destruyen el tejido prostático. La criocirugía es un tratamiento mínimamente invasivo, de una hora de duración y ambulatorio, que preserva la calidad de vida del paciente y puede repetirse si es necesario.
El ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU, sigla en inglés) es otra opción de tratamiento térmico sin radiación que destruye las células con calor. Para administrar este calor, se introduce una sonda especial de ultrasonido HIFU en el recto. También pueden utilizarse corrientes eléctricas para destruir las células cancerosas, este procedimiento se denomina electroporación irreversible (IRE). Durante esta terapia, se introducen pequeñas agujas en la próstata, y la corriente que pasa a través de los electrodos genera pequeños poros en las células y luego las mata.
La quimioterapia puede usarse para tratar cánceres avanzados y cánceres que no responden a la terapia hormonal. Médicos y científicos continúan descubriendo tratamientos de quimioterapia más eficaces y menos tóxicos, muchos de los cuales podrían estar a disposición de los pacientes a través de estudios clínicos.
¿Qué pasa si tengo un valor alto de PSA?
Tener un valor alto de PSA no siempre significa que tiene cáncer de próstata. Los valores altos pueden deberse a otros factores, como la inflamación de la próstata o una próstata grande, también conocida como hiperplasia prostática benigna . En función de su evaluación de riesgos, su proveedor de atención primaria podría brindarle tranquilidad, solicitar una repetición de la prueba o derivarle a un urólogo. Mientras tanto, siga un estilo de vida saludable con una buena alimentación, ejercicio y sueño adecuado.
La importancia de una segunda opinión
A pesar de la diversidad de tratamientos, muchos hombres desconocen las opciones que tienen a disposición hasta que la enfermedad se encuentra en una fase avanzada, según la Prostate Cancer Foundation. Para un tratamiento óptimo, los hombres con un valor elevado de PSA deben buscar varias opiniones y obtener atención de un equipo multidisciplinario de proveedores, incluidos cirujanos, oncólogos radioterapeutas y oncólogos.
Al recibir información y asesoramiento de varias fuentes, los hombres y sus familias pueden obtener el apoyo que necesitan para tomar las mejores decisiones en su caso.