Beneficios de la terapia focal
Por lo general, los hombres con cáncer de próstata localizado (que no se ha diseminado fuera de la próstata) que no optan por la supervisión activa son tratados con cirugía o radioterapia. Por medio de estos métodos, se extirpa o se irradia la próstata, lo que puede llegar a dañar los nervios y las vías urinarias e intestinales. En consecuencia, suelen estar asociados a efectos secundarios que impactan en la función sexual, urinaria e intestinal.
La terapia focal utiliza técnicas de estudios de imágenes avanzados, como el ultrasonido y la resonancia magnética, para localizar con exactitud el tumor y minimizar el impacto del tratamiento en el tejido y las estructuras prostáticas circundantes que están sanos. Por lo tanto, es menos probable que la terapia focal provoque disfunción eréctil, incontinencia urinaria y problemas intestinales.
Dado que la terapia focal no trata toda la próstata, existe un mayor riesgo de que queden restos de cáncer o de que reaparezca. Por este motivo, es necesario acudir a citas periódicas de seguimiento para comprobar que el cáncer no vuelva a aparecer. Si vuelve a aparecer un tumor, es posible que se recomiende repetir la terapia focal o alguna otra opción para tratar el cáncer de próstata.
Después del tratamiento de terapia focal
Es posible que experimente dolor generalizado, ardor o que note ligeros hematomas en los días posteriores a la intervención. Es normal que aparezcan pequeñas cantidades de sangre en la orina durante varias semanas después del procedimiento. A veces, la próstata se inflama, lo que puede dificultar la micción. Si su médico está preocupado por su función urinaria, quizá le coloquen una sonda temporal en la uretra que podrá retirarse durante alguna de las visitas a su proveedor en los días siguientes.
Las citas de seguimiento permitirán que el equipo de atención supervise su curación. Es posible que se le realicen análisis de sangre, estudios de imágenes y biopsias de próstata.
Posibles efectos secundarios
Su capacidad para tener y mantener una erección puede disminuir inmediatamente después de la terapia focal, pero debería volver a la normalidad a medida que se cure. La rehabilitación desempeña un papel fundamental y, cuanto antes empiece, más probabilidades tendrá de recuperarse por completo. Lo mismo ocurre con la función urinaria. Aunque la terapia focal rara vez tiene un efecto duradero en la función urinaria, realizar ejercicios de Kegel puede fortalecer los músculos que permiten la micción. Cuanto antes se sienta cómodo flexionando estos músculos como parte de su rutina de rehabilitación, más rápida será su recuperación.