Los tratamientos reducen el riesgo de accidentes cerebrovasculares en las personas con fibrilación auricular

Si usted es una de los millones de personas en los Estados Unidos con fibrilación auricular (FE), su riesgo de accidente cerebrovascular es mucho mayor que el de las personas sin dicho trastorno del ritmo cardíaco. Sin embargo, muchas personas con FA no están aprovechando los medicamentos y dispositivos más recientes, que son más efectivos que antes para reducir este riesgo. A continuación, Kevin Jackson, MD, y James P. Daubert, MD, electrofisiólogos de Duke y especialistas en el cuidado de personas con arritmias como la FA, analizan estos tratamientos y hablan de cómo disminuyen el riesgo de accidente cerebrovascular en quienes padecen FA.
Los inconvenientes de los medicamentos antiguos
Los latidos acelerados e irregulares que caracterizan a la fibrilación auricular pueden favorecer la formación de coágulos sanguíneos en el corazón, que podrían pasarse al cerebro y causar un accidente cerebrovascular. Hasta aproximadamente el año 2010, los médicos solían recetar un medicamento llamado warfarina (Coumadin) para diluir la sangre y reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Sin embargo, el uso de la warfarina requiere análisis de sangre frecuentes para verificar si el nivel de dilución de la sangre es excesivo o insuficiente. La alimentación también representa una inquietud, ya que la vitamina K, presente en alimentos como las verduras de hoja verde, puede reducir la eficacia de la warfarina. Estas complicaciones llevan a que algunas personas se muestren reacias a utilizar warfarina.
“Aunque la warfarina es un anticoagulante eficaz y con una amplia trayectoria, su manejo puede resultar complicado para los pacientes. Si los niveles de warfarina son demasiado bajos, aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular. Y si son demasiado altos, el riesgo de sufrir hemorragias aumenta considerablemente. Los pacientes y los médicos esperaban con entusiasmo mejores opciones”.
Anticoagulantes más seguros y más efectivos
En los últimos diez años, se han aprobado varios medicamentos nuevos para la prevención de accidentes cerebrovasculares en personas que padecen FA. Estos medicamentos, conocidos como anticoagulantes orales de acción directa (DOAC), han demostrado ser más seguros que la warfarina y, al mismo tiempo, igual de efectivos o incluso mejores para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular en personas que viven con FA. Los DOAC mantienen la dilución de la sangre de manera más estable y no requieren restricciones dietéticas. Además, cuentan con agentes de reversión ampliamente disponibles en casos de emergencia.
Los médicos de Duke participaron en estudios que permitieron la aprobación por parte de la FDA de dos de los medicamentos más novedosos: rivaroxabán (Xarelto) y apixabán (Eliquis). El Dr. Jackson explicó: “Los nuevos anticoagulantes representan una mejora significativa respecto a la warfarina. Proporcionan una anticoagulación rápida y estable, sin necesidad de monitoreo periódico. Hemos observado que son seguros y que los pacientes los toleran adecuadamente”.
Dispositivos para prevenir la formación de coágulos de sangre
En el caso de las personas que no pueden tomar anticoagulantes a largo plazo, los dispositivos de oclusión del apéndice auricular izquierdo pueden protegerlas de los accidentes cerebrovasculares. La aurícula izquierda es una de las dos cámaras superiores del corazón. El Dr. Daubert explicó: “El apéndice auricular izquierdo es como un pequeño callejón sin salida que se extiende desde la aurícula izquierda. Cuando se padece fibrilación auricular y la aurícula no se contrae con fuerza, la sangre puede estancarse y formar coágulos, lo que puede provocar un accidente cerebrovascular”. Estos dispositivos, que se colocan mediante un procedimiento de cateterismo mínimamente invasivo, bloquean el apéndice auricular izquierdo y evitan la salida de los coágulos.
Duke fue el primer hospital en Carolina del Norte que implantó un dispositivo de oclusión del apéndice auricular izquierdo llamado WATCHMAN, que utiliza un mecanismo similar a un paracaídas para bloquear la abertura del apéndice auricular izquierdo. “Estos procedimientos ayudan a tratar el riesgo de ictus en una parte importante de los pacientes con fibrilación auricular que no reciben, no son buenos candidatos para recibir o corren un alto riesgo con la terapia anticoagulante continua”, mencionó el Dr. Daubert.