El programa para dejar el tabaquismo de Duke ayudó a una mujer a dejar de fumar después de sufrir un accidente cerebrovascular

Jess Phair sonríe fuera de su oficina en Durham, NC.
Un accidente cerebrovascular fue la señal que Jess Phair necesitaba para dejar el cigarrillo. El programa para dejar el tabaquismo de Duke ofreció un enfoque personalizado que ayudó a esta residente de Cary, NC, a superar la adicción física y el hábito de fumar. Phair logró pasar su primer día sin fumar dos meses después de su primera cita en diciembre de 2022. Desde entonces, no ha vuelto a fumar y atribuye su éxito a Duke. “Me brindaron un apoyo de maneras que ni siquiera sabía que necesitaba”, comentó. “No lo hubiera logrado de ninguna manera sin ellos”.
Adquirir el hábito
Phair comenzó a fumar cuando tenía 18 años. Sus amigos cercanos y familiares lo sabían, pero Phair solía ocultar que fumaba un paquete por día. Fumar no es barato y limitaba su forma de viajar y los lugares donde podía quedarse. Phair quería dejar de fumar, pero sentía que era imposible.
Un susto que la motivó
Poco después de cumplir 40 años, Phair estaba conduciendo al trabajo cuando comenzó a sentir algo raro y un hormigueo en el brazo izquierdo. Al salir del auto, se le dobló la pierna izquierda. Llamó al 911 y la llevaron a la sala de emergencias del hospital de la Universidad de Duke. Los médicos le dijeron a Phair que estaba teniendo un accidente cerebrovascular causado por un coágulo sanguíneo en el cerebro.
Es muy probable que se haya debido, al menos el parte, al tabaquismo. "Generalmente, las personas que fuman tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades de tener un accidente cerebrovascular que las que no fuman", dijo Autumn Konz, PA-C, especialista en cese del tabaquismo de Duke. Eso se debe a que las sustancias químicas tóxicas de los cigarrillos hacen que la sangre sea más propensa a coagularse y aumentan la placa y la inflamación, lo que estrecha y debilita los vasos sanguíneos.
Los médicos administraron medicamentos trombolíticos para disolver el coágulo. Eso detuvo los síntomas y Phair se recuperó por completo. Phair tuvo suerte, pero sabía que necesitaba hacer un cambio. "En ese momento, supe que no podía fumar más", dijo Phair. "Estaba lista para hacer lo que tuviera que hacer".
Encontrar apoyo en Duke
Los médicos de Phair la derivaron al programa para dejar de fumar de Duke, donde conoció a Konz y a Megan Keith, una trabajadora social clínica y también especialista en cese del tabaquismo. Konz le recetó medicamentos que aplacaron la respuesta neuroquímica de Phair a la nicotina, para que así fuera menos placentera. Konz también recomendó productos de reemplazo de la nicotina para aliviar los síntomas físicos de la abstinencia de nicotina. Keith ayudó a Phair a reconocer cuán habitual se había vuelto fumar para ella. También le enseñó técnicas de atención plena y estrategias prácticas para superar los antojos.
"Me servía saber que les debería rendir cuentas a ellas", dijo Phair. "Sabía que me reuniría con estas mujeres al final de cada semana y no quería decepcionarlas porque me estaban alentando mucho. No les puedo explicar lo mucho que me ayudó eso".
El primer día de muchos
Una mañana de febrero de 2023, Phair se despertó y se dio cuenta de que había pasado más de 24 horas sin fumar. Llamó a este día el primer "día cero". "Eso nunca me había pasado en toda mi vida adulta", dijo Phair. Aún tiene antojos fuertes y algunos días son más difíciles que otros, pero Phair no ha fumado en absoluto desde ese día de febrero.
Según Keith, la experiencia de Phair no es precisamente habitual. "La mayoría de las personas intentan dejar de fumar siete o más veces antes de lograrlo. Y es común tener deslices durante el primer mes después de dejar de fumar", señaló Keith. "Jess se comprometió por completo con todo lo que le sugerimos. Comenzó de inmediato. Y creo que por eso vio resultados tan rápidamente".
Desde que dejó de fumar, Phair ha comenzado a recuperar las cosas que le arrebató el tabaquismo. Su salud mejoró y recuperó horas del día que pasaba fumando. También está ahorrando el dinero que habría gastado en cigarrillos para un viaje a Hawaii, que requiere un vuelo largo y libre de humo.
Dejar de fumar es difícil y Duke puede ayudarle
Las tasas de éxito en personas que intentan dejar de fumar por su cuenta son solo del 3% al 5%.1 Según Keith y Konz, las tasas de éxito con los programas de Duke son del 35% al 40%. Phair recomienda a otras personas que quieran dejar de fumar buscar un programa de cese del tabaquismo como el de Duke.
"Si el año pasado alguien me hubiera dicho que iba a llegar a los tres meses sin fumar ni un cigarrillo, me habría reído en su cara y le habría dicho que eso era absolutamente imposible. Pero gracias a los sistemas que los proveedores de Duke implementaron para mí, no solo sucedió, sino que sucedió más rápidamente de lo que ninguno de nosotros podría haber esperado".
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