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Un clip permite reparar la válvula cardíaca dañada sin cirugías de alto riesgo

Linda Gallipo se sometió a un procedimiento cardíaco mínimamente invasivo para tratar la regurgitación de la válvula mitral.
Linda Gallipo acudió al médico en busca de una cura para la hepatitis C. Sin embargo, descubrió que padecía una enfermedad de la válvula mitral que ponía su vida en peligro.
De problemas hepáticos a una válvula cardíaca dañada
Gallipo, que tiene 66 años, siempre había disfrutado de una vida activa: le gustaba bailar, viajar y visitar amigos. Sin embargo, empezó a notar que su ritmo había disminuido de forma drástica. "Dormía la mitad del día. No tenía ningún deseo de hacer nada más que descansar", expresó la jubilada de Raleigh. "Simplemente, pensé que estaba envejeciendo".
Además, se preguntó si la fatiga y la dificultad para respirar podrían atribuirse a la hepatitis C que había contraído hacía unas décadas a causa de transfusiones sanguíneas realizadas durante un tratamiento contra el cáncer de huesos. Cuando se enteró de los nuevos medicamentos que podían curar la hepatitis C, decidió consultar al hepatólogo de Duke, Andrew Muir, MD, MHS.
"El Dr. Muir escuchó mi corazón", recordó Gallipo. "Dijo que sentía un soplo, por lo que le pregunté si estaba seguro". Luego, indicó hacer un ecocardiograma. Se hizo la prueba en Duke Raleigh Hospital unos días después y se dirigió a casa.
"Estaba en el estacionamiento de mi edificio y, antes de que cruzara la puerta, recibí una llamada de la enfermera", dijo Gallipo. "Me dijo que debía consultar a un cardiólogo lo antes posible".
A la mañana siguiente, el cardiólogo de Duke, Lawrence Liao, MD, le dio la noticia: Gallipo padecía una regurgitación de la válvula mitral grave.
¿Qué es la regurgitación de la válvula mitral?
La válvula mitral tiene dos aletas denominadas velos, que se abren y cierran para que el flujo de sangre circule en una sola dirección, desde la cámara superior izquierda del corazón hasta la cámara inferior izquierda. Si los velos no se cierran de manera correcta, la sangre regurgita o regresa a la cámara superior. Esto impide que el corazón bombee sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo y aumenta la presión sanguínea en los pulmones, lo que provoca dificultades para respirar.
"Una de las válvulas cardíacas permanecía abierta todo el tiempo. Es como si se hubiera roto un resorte en la puerta", comentó Gallipo. "La sangre que circulaba por mi corazón regresaba. Eso era lo que me hacía sentir exhausta".
Si no se realiza un tratamiento, la regurgitación mitral puede provocar insuficiencia cardíaca y ritmos cardíacos anormales. Es decir, puede poner la vida en peligro. En los casos graves, el tratamiento suele implicar una cirugía para reparar o reemplazar la válvula cardíaca dañada. Gallipo acudió al cirujano cardíaco de Duke, Donald Glower, MD. Debido a la enfermedad hepática, la cirugía cardíaca presentaba un alto riesgo. Por ello, el Dr. Glower la derivó al especialista en enfermedades cardíacas estructurales de Duke, Andrew Wang, MD, para evaluar si podría someterse a un innovador método de menor riesgo para reparar la válvula mitral.
"El dispositivo consiste en un clip mitral", dijo el Dr. Wang, "es como colocar una pinza de la ropa en las cortinas para cerrar el espacio entre ellas. En lugar de dejar una única abertura entre los velos, se crean dos aberturas, una a cada lado del clip. Sigue siendo suficiente para permitir que la sangre ingrese al corazón, pero reduce la regurgitación".
El dispositivo, que se denomina MitraClip®, se implanta mediante un catéter (un tubo delgado y flexible) que se inserta en una vena de la ingle y llega hasta el corazón. Se trata de un procedimiento mucho menos invasivo que la cirugía a corazón abierto.
"La cirugía suele ser una opción muy eficaz y segura en caso de padecer regurgitación primaria de la válvula mitral", afirmó el Dr. Wang. "Pero, por suerte, en los últimos tres años, se ha implementado esta alternativa para quienes presentan un alto riesgo de sufrir complicaciones por la cirugía".
Linda Gallipo se sometió al procedimiento del clip mitral a finales de mayo de 2016.
Reparación de la válvula mitral y recuperación de la energía
"De inmediato, sentí que volvía a la normalidad. Podía respirar", dijo Gallipo. "Cuando estaba en la cama del hospital, el Dr. Wang entró y me preguntó cómo me sentía. ¡Le respondí que sentía que podía levantarme y bailar!"
El Dr. Wang comentó que no se sorprendió. "Si la regurgitación disminuye de forma adecuada, la gente percibe un beneficio de inmediato", afirmó. También señaló que la cirugía sigue siendo el método convencional para restaurar la función de la válvula mitral. "Por lo general, queda una regurgitación residual leve o moderada después del procedimiento con el clip mitral", explicó. "Por ende, la FDA ha establecido ciertos criterios para el uso de este dispositivo".
Por su parte, Linda Gallipo se siente con mucha más energía. Ha vuelto a su estilo de vida activo y planea realizar un viaje a California. Por fin, puede volver a consultar al Dr. Muir sobre los nuevos medicamentos para tratar la hepatitis C. "Me siento como una persona nueva", dijo. "No dejo de sorprenderme."
Dispositivo aprobado para tratar la regurgitación secundaria de la válvula mitral
La FDA aprobó el uso de MitraClip® para tratar un tipo diferente de regurgitación mitral, cuya causa es la debilitación de un músculo cardíaco. Esto se denomina regurgitación secundaria de la válvula mitral. Se ha demostrado que el dispositivo ayuda a disminuir la cantidad de hospitalizaciones y a mejorar la calidad de vida y la supervivencia de personas que padecen insuficiencia cardíaca y casos graves de regurgitación secundaria de la válvula mitral.