De vuelta a la cancha de tenis semanas después de una cirugía de cáncer de esófago

Por Cara Gillotti
Actualizado el 18 de diciembre de 2024
Joe Mesiano sostiene una raqueta de tenis sobre el hombro en una cancha de tenis

Cuando al ávido tenista Joseph Mesiano, 73 años, le diagnosticaron cáncer de esófago, programó enseguida una cita en el Duke Cancer Center Raleigh. Tres años después de finalizar el tratamiento, ha retomado sus actividades habituales e incluso añadido otras nuevas. "Duke me salvó la vida", dijo.

Obtener una cita en Duke para una situación urgente

En 2015, a Joseph Mesiano le diagnosticaron esófago de Barrett, una enfermedad en la que el revestimiento del conducto que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago se engrosa y enrojece. Durante seis años, acudió a citas de seguimiento y se sometió a biopsias periódicas. Tres días después de su cumpleaños número 70, el residente de North Raleigh se enteró de que, en sus biopsias, había señales de cáncer.

La derivación de Mesiano fue a un centro oncológico local, pero se sentía frustrado y preocupado a medida que pasaban los días y no recibía noticias. Eventualmente, su esposa, Jeanne, le dijo: “Fue suficiente. Aquí está el teléfono de Duke, llamemos ahora mismo”. 

Mesiano llamó a Duke y habló con una enfermera de enlace. En pocas horas, ella programó las citas para que se hiciera estudios de imágenes y para que se reuniera con un oncólogo médico de Duke Health y con el cirujano torácico Jacob A. Klapper, MD.

“Cuando sospechas que tienes cáncer, sientes la urgencia de hacerte atender”, dijo el Dr. Klapper. “Podemos atender a esa urgencia”.

La esperanza llega en forma de una cirugía para el cáncer de esófago

Se confirmó el diagnóstico, y Mesiano se reunió con el Dr. Klapper. En un principio, no le gustó el Dr. Klapper, comentó Mesiano, porque “me dijo algo que no quería escuchar. Pero después me dijo: ‘no puedo hablar con el 90 % de las personas que reciben este diagnóstico’. Le pregunté el por qué, y me respondió que su enfermedad estaba demasiado avanzada como para poder operarlos. ‘Pero puedo salvarte a ti’”.

“El cáncer de esófago es un diagnóstico muy preocupante. Puede ser mortal”, explicó el Dr. Klapper. “Por lo general, se lo detecta bastante tarde, y la mayoría de los pacientes, a diferencia de Joe, no son candidatos para la cirugía”.

Antes de someterse a la cirugía, en agosto de 2021, Mesiano comenzó con quimioterapia y radiación, y respondió bien a los tratamientos. Siguió jugando al tenis (el mejor tenis que había jugado desde que era un niño) casi a diario hasta octubre. “Entonces, fue como chocarme contra una pared. Me deshidraté gravemente y estuve una semana en el hospital. Encontraron que tenía un hongo en la garganta, algo muy común. Me dieron un antibiótico y ¡listo! Volví a jugar al tenis”, comentó.

En diciembre, el Dr. Klapper realizó una esofagectomía robótica con la que se extirpó la mayor parte del esófago de Mesiano. Luego, para reconstruirlo, el Dr. Klapper convirtió el estómago de Mesiano en una especie de tubo y lo conectó con lo que quedaba de su esófago. “Con ello, se restableció la continuidad gastrointestinal para que Joe pudiera volver a comer”, explicó el Dr. Klapper.

Conozca más acerca de Joseph Mesiano.

“Volverás a las canchas en febrero”

En los días posteriores a la cirugía, Mesiano estaba cansado, pero sus médicos lo animaron a levantarse y comenzar a moverse, primero, caminando por alrededor de la estación de los enfermeros. “El Dr. Klapper se metía conmigo todo el tiempo”, recuerda Mesiano. “Siempre me repetía: ‘me dijiste que eras un atleta de clase mundial. Espero que des 10 vueltas’. Realmente fue él quien me sacó adelante”. A medida que se acercaba la Navidad, Mesiano aún no se sentía como él mismo. Se preguntaba si alguna vez podría volver a jugar al tenis. El Dr. Klapper le dijo: “Volverás a las canchas en febrero”. Mesiano fue dado de alta en enero y, en febrero, ya estaba jugando dobles con sus amigos.

“Estoy muy emocionado por el éxito de Joe”, dijo el Dr. Klapper. “Me encanta saber que está disfrutando su vida”. Ahora, su vida incluye trabajos voluntarios en el centro de infusiones de Centro Oncológico de Duke en Raleigh. Mesiano recuerda que un día estaba sentado junto a una mujer que le dijo: “Joe, ni siquiera sé cómo pronunciar los nombres de estos dos cánceres que tengo”. Yo le respondí: “Verás que en este lugar harán que te sientas mejor”.

Mesiano ya ha superado la barrera de los dos años desde que recibió su diagnóstico, y las probabilidades de que el cáncer reaparezca son mínimas. Aún no puede creer haberse sometido a tantas pruebas y haberse reunido con los médicos de Duke antes de recibir noticias del primer centro. Siempre que alguien le pregunta sobre la atención que recibió en Duke, responde de inmediato: “Ve a Duke, tienes que ir a Duke”.