La atención quiropráctica puede ser eficaz para tratar y prevenir dolor de espalda, dolor de cuello y ciertos tipos de dolores de cabeza, así como dolor en los glúteos o omóplatos. También puede ayudar con ciertos tipos de dolor nervioso, hormigueo o entumecimiento que viaja hacia un brazo o una pierna. Un objetivo principal del tratamiento quiropráctico es aliviar el dolor para que pueda retomar actividades de manera que ayuden a prevenir el dolor en el futuro.
El número de sesiones quiroprácticas necesarias antes de comenzar a experimentar alivio puede variar según la condición. Por ejemplo, si se lesionó la espalda hace dos días y busca atención quiropráctica inmediata, puede comenzar a sentirse mejor dentro de una o dos semanas después de iniciar tratamiento. Si ha estado experimentando dolor crónico de espalda durante 30 años, puede tardar más tiempo, como semanas o meses, en sentir alivio.