Para obtener los mejores resultados, es importante detectar la hidrocefalia congénita lo antes posible, incluso antes del nacimiento. Lo mismo ocurre con la hidrocefalia adquirida, que suele ser el resultado de una hemorragia en el cerebro o alrededor de él debido a una lesión, un tumor o una infección. Una vez que podamos determinar la causa de la hidrocefalia de su hijo (ya sea una obstrucción, una absorción lenta o un exceso de líquido), podremos crear un plan de tratamiento personalizado para su hijo.
Tamaño y crecimiento de la cabeza
Un médico puede examinar la cabeza de su bebé para ver si es más grande de lo normal o si está creciendo demasiado rápido, o si la fontanela (más conocida como "punto blando") se está cerrando demasiado pronto.
Ultrasonido
Esta prueba utiliza ondas sonoras para crear imágenes del cerebro. Esta prueba indolora se suele utilizar para bebés en el útero y bebés muy pequeños, ya que otras opciones de estudios de imágenes requieren que los bebés permanezcan quietos durante un tiempo.
Tomografía computarizada (TC)
Mediante el uso de radiografías y mediciones, las tomografías computarizadas crean imágenes del cerebro desde muchos ángulos diferentes. Para esta breve prueba, se le pedirá a su hijo que permanezca inmóvil en una cama y que no sienta dolor.
IRM (imagen por resonancia magnética)
Esta prueba utiliza imanes y ondas de radio para crear una imagen de alta calidad del cerebro que muestre cuánto líquido cefalorraquídeo está presente. Para esta prueba de 45 a 90 minutos, se le pedirá a su hijo que se quede quieto en una cama. Si bien la resonancia magnética suele ser indolora, algunos niños pueden requerir sedación o incluso anestesia general para completar este procedimiento.
Resonancia magnética rápida del cerebro
Para los niños pequeños que pueden tener problemas para permanecer quietos durante una resonancia magnética tradicional, esta prueba es mucho más rápida y sencilla.