La terapia de deglución ayuda a una mujer a superar la disfagia

Por Morgan deBlecourt
25 de febrero de 2021
Elizabeth Morgan sentada en un banco al aire libre.

Elizabeth Morgan sentada al aire libre en un banco en Burlington, NC.

Elizabeth Morgan, de 51 años, comenzó a tener problemas para deglutir unos meses después de terminar un tratamiento contra el cáncer. La residente de Burlington, NC, se atragantaba con los alimentos y no podía abrir la boca lo suficiente como para comer un bocado. Pronto perdió el interés en comer y tuvo una peligrosa pérdida de peso. En julio de 2020, le diagnosticaron disfagia. Desde que comenzó una rigurosa terapia de deglución, Morgan ha vuelto a disfrutar de comer. 

Una situación de salud compleja

Todo empezó con un bulto. En 2016, una llaga debajo de la lengua de Morgan resultó ser un carcinoma de células escamosas, un tipo común de cáncer oral. Después de someterse a una cirugía en Duke para eliminar las células cancerosas, Morgan estuvo bien durante algunos años. Pero el cáncer regresó en 2019. Esta vez, necesitó otra cirugía, además de quimioterapia y radioterapia. 

Un efecto secundario inquietante

Unos meses después, Morgan empezó a tener problemas para comer y beber. Su marido Chris se puso nervioso. "Cada vez que ella intentaba comer algo, se ahogaba. Se le hacía difícil tomar las píldoras", dijo. El oncólogo de Morgan la derivó a Harrison Jones, PhD, patólogo del habla de Duke. 

Además de hacer un estudio de deglución, el Dr. Jones le realizó un cuestionario de deglución llamado EAT-10. La puntuación más alta (y la peor) que se puede obtener es 40. Morgan obtuvo una puntuación de 34. Le diagnosticaron disfagia orofaríngea (trastorno de la deglución) y trismo (reducción de la apertura oral, comúnmente llamada mandíbula encajada). Ambos son efectos secundarios comunes de la radioterapia cuando se utiliza para tratar la cabeza y el cuello. 

"Aunque la radioterapia es un tratamiento eficaz para los cánceres de cabeza y cuello, sabemos que con el tiempo puede tener un impacto negativo en las estructuras implicadas en la deglución", dijo el Dr. Jones. Por otra parte, a Morgan también le diagnosticaron esclerodermia, una enfermedad autoinmune que hace que la piel esté extremadamente tirante y dura. Esto también limitaba la función de su mandíbula.

Éxito gracias a la terapia de deglución personalizada

El Dr. Jones personalizó un régimen de terapia que requería aproximadamente dos horas por semana de ejercicios para fortalecer los músculos de la boca y la garganta de Morgan y estirar suavemente los músculos de la mandíbula. Meses después, su arduo trabajo está dando frutos. La puntuación de EAT-10 más reciente de Morgan bajó a 12, y ella ha notado una gran diferencia. "Casi no me atraganto cuando como. Todo está mucho mejor. Todavía no puedo abrir la boca por completo, pero disfruto mucho más de comer porque no tengo tanto miedo de atragantarme”.

Búsqueda de atención para tratar la dificultad para tragar

Según el Dr. Jones, el compromiso de Morgan con sus ejercicios semanales fue un factor importante en su éxito. Esto le será útil, ya que necesitará continuar con la terapia de mantenimiento. Según el Dr. Jones, las personas con síntomas similares deben consultar a un patólogo del habla lo antes posible, ya que los síntomas tienden a empeorar con el tiempo. 

“Poder tragar es muy importante para nuestra calidad de vida. Comer es una gran parte de la experiencia humana. Los trastornos de la deglución influyen en nuestra capacidad de realizar actividades y estar con nuestros amigos y familiares", dijo el Dr. Jones. "Según las investigaciones, podemos hacer más cuando nos involucramos antes".

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Disfagia orofaríngea