La cirugía de mandíbula avanzada logra aliviarle el dolor a una superviviente de cáncer de más de 10 años

Cirujanos plásticos y orales reconstruyen el hueso maxilar de un hombre de Raleigh

Por Morgan deBlecourt
17 de junio de 2021
Roger Floyd está de pie al aire libre

Roger Floyd posa para una foto en un parque cerca de su casa en Raleigh.

Luego de que le diagnosticaran cáncer oral en 2010, Roger Floyd, un residente de Raleigh, se sintió aliviado cuando se curó. Sin embargo, diez años después, los médicos descubrieron que el hueso maxilar se estaba deteriorando... un efecto secundario poco frecuente de la radioterapia utilizada para tratar el tipo de cáncer que padecía. Los cirujanos orales y plásticos de Duke realizaron una compleja cirugía para reemplazar la mandíbula de Floyd con hueso de una de sus piernas y una placa de titanio personalizada. Seis semanas después, la mayoría de las personas no se daban cuenta de que Floyd se había operado. 

“Me gusta decir que no se nota por lo que he pasado”, dijo Floyd, entre risas. “Las cicatrices apenas se notan. Si alguien me mira cara a cara, nunca se daría cuenta de lo que pasé. Estoy sumamente agradecida”.

Un efecto secundario poco frecuente del tratamiento contra el cáncer daña la mandíbula

Roger Floyd tuvo que luchar por su salud a lo largo de los años. Luego de realizarse dos biopsias, y de que con ninguna se detectara cáncer en la lengua, decidió buscar una segunda opinión. Le diagnosticaron un tipo de cáncer oral muy raro llamado carcinoma de células escamosas. Por fortuna, pudieron extirpar el cáncer fácilmente con una cirugía, y Floyd decidió someterse a radioterapia de seguimiento para destruir cualquier célula cancerosa que pudiera haber quedado. 

Años después, comenzó a tener problemas dentales que le provocaban un dolor insoportable. Tras varios tratamientos y cirugías, la situación no mejoraba. Por eso, decidió buscar, nuevamente, una segunda opinión.

En enero de 2021, Floyd, que ahora tiene 69 años, fue derivado al cirujano oral y maxilofacial del hospital de la Universidad de Duke, Benjamin Hechler, MD, DDS. Cuando el Dr. Hechler recibió los estudios de imágenes de la mandíbula de Floyd, organizó todo para poder verlo al día siguiente. Floyd tenía osteorradionecrosis, lo que significaba que su hueso maxilar se estaba muriendo como resultado del tratamiento con radiación recibido una década antes. Era necesario reemplazarla… y rápido.

La cirugía devuelve la función y alivia el dolor

Primero, el Dr. Hechler le recomendó a Floyd la oxigenoterapia hiperbárica, que utiliza cámaras presurizadas para suministrar altos niveles de oxígeno al torrente sanguíneo. Esta terapia reduce el dolor y la inflamación en el área lesionada antes de la cirugía, ayuda a que se formen nuevos vasos sanguíneos y favorece la cicatrización después de la cirugía.

Después, el Dr. Hechler se juntó con el cirujano plástico de Duke Detlev Erdmann, MD, para crear un plan quirúrgico detallado. Con la ayuda de tomografías computarizadas en 3D y guías de corte personalizadas, el Dr. Erdmann extrajo el peroné de Floyd (un hueso de la parte inferior de la pierna que no soporta peso) y le dio forma para que coincidiera con la de la mandíbula. Después de que el Dr. Hechler extrajo un 60 % del hueso maxilar de Floyd, él y el Dr. Erdmann lo sustituyeron por un hueso nuevo y sano junto con una placa de titanio personalizada para una mayor estabilidad. Para que el nuevo hueso se mantuviera sano y para ayudarlo a crecer, conectaron vasos sanguíneos del hueso extraído con vasos del cuello de Floyd. El paciente volvió a su casa unos seis días después de la cirugía, que duró ocho horas.

A la izquierda, una tomografía computarizada realizada antes de la cirugía que muestra el hueso maxilar de Roger Floyd con una importante necrosis por radiación. A la derecha, una tomografía computarizada posquirúrgica que muestra la mandíbula de Roger Floyd tras ser sustituida por una placa de titanio y hueso de su pierna.
A la izquierda, una tomografía computarizada realizada antes de la cirugía que muestra el hueso maxilar de Roger Floyd con una importante necrosis por radiación. A la derecha, una tomografía computarizada posquirúrgica que muestra la mandíbula de Roger Floyd tras ser sustituida por una placa de titanio y hueso de su pierna.

El proceso de cicatrización

Floyd tuvo que utilizar una sonda de alimentación durante aproximadamente un mes después de la cirugía para proteger la zona de la cirugía. De a poco, comenzó a comer de nuevo, pero siguió ingiriendo alimentos blandos, ya que tuvieron que quitarle la mayor parte de los dientes junto con el hueso maxilar. Cuando esté listo, podrá recibir implantes dentales para restaurar su capacidad de masticación por completo.

Fuera de eso, Floyd volvió a su vida normal. De acuerdo con sus médicos, su recuperación fue excepcional. Floyd lo atribuye a su estilo de vida saludable y a su actitud positiva.

“Soy una persona muy optimista y de mentalidad muy positiva”, aseguró Floyd. “Lo veo de esta forma: no tengo control sobre el 90% de lo que me sucede, pero sí puedo controlar cómo respondo a ello. Esa es la actitud que elijo tener ante todo lo que me pasa”.

Roger Floyd seis semanas después de la cirugía. La incisión se realizó debajo de la mandíbula izquierda.
Roger Floyd seis semanas después de la cirugía. La incisión se realizó debajo de la mandíbula izquierda.

Los expertos y los recursos de Duke benefician a los pacientes de principio a fin

Los Dres. Hechler y Erdmann colaboran con un equipo de especialistas de Duke en cuidados intensivos, terapia ocupacional y física, terapia del habla, rehabilitación y nutrición alrededor de 10 veces al año en este tipo de cirugías complejas de reconstrucción de la mandíbula. 

“Estas cirugías de reconstrucción microvascular son muy complejas y requieren expertos en muchas áreas diferentes”, comentó el Dr. Erdmann. “Y no solo implican una cirugía. Comienza con la terapia hiperbárica, cuando es adecuada, y va más allá de la cirugía, pasando por la recuperación y llegando incluso a la rehabilitación dental”.

Floyd dijo que está agradecido por la atención que recibió en Duke: “Mi experiencia con Duke y con el equipo fue insuperable. Aunque tuve que someterme a una cirugía mayor, ¡y qué experiencia!, estoy muy contento”.

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