Segunda opinión en Duke conduce a un exitoso trasplante de hígado.

Stewart es uno de cuatro primos con una afección hepática llamada esteatohepatitis no alcohólica o EHNA, que afecta a las personas que beben poco o nada de alcohol. Provoca inflamación y cicatrización del hígado que, con el tiempo, pueden provocar daños irreversibles en el hígado.

Aunque se desconoce la causa de la EHNA, la afección suele ser hereditaria. Stewart y sus primos fueron diagnosticados después de que tres miembros de su familia murieran a causa de la enfermedad.

También está relacionado con varias afecciones que pueden provocar depósitos de grasa en el hígado. Por ejemplo, las personas con sobrepeso u obesidad son más propensas a desarrollar EHNA. También lo son las personas con niveles altos de azúcar en la sangre, diabetes y niveles altos de triglicéridos, una grasa que se encuentra en la sangre.

Stewart nunca había tenido un sobrepeso grave y no tenía otros factores de riesgo asociados con la EHNA. De hecho, hacía ejercicio con pesas cuatro veces a la semana, caminaba y jugaba al golf con regularidad y estaba en excelente forma. Excepto por su hígado.

"Supe desde mi diagnóstico que solo me quedaban unos pocos años más", dijo Stewart. "Eso te desgasta en la mente".

Cuando Stewart fue rechazado inicialmente para un trasplante de hígado, su hepatólogo le recomendó que buscara una segunda opinión en Duke.

"Cada vez somos más capaces de trasplante con éxito de pacientes que no son candidatos en otros centros", afirma Carl Berg, MD, hepatólogo que dirige el programa de trasplante de hígado en Duke.

Para Stewart, Duke era su última y mejor oportunidad. Aunque Stewart es mayor y se sometió a un reemplazo de válvula cardíaca, el Dr. Berg consideró que eso no era suficiente para que no fuera elegible para un trasplante. Más bien, se fijó en la salud general de Stewart para determinar si tendría éxito con el procedimiento.

"No me importa lo que diga tu licencia de conducir que es tu cumpleaños. Lo que realmente me importa es qué tan en forma estás", dijo el Dr. Berg. "Sentimos que Lem tenía la fuerza física adecuada y la resistencia psicológica adecuada. Hemos logrado que pacientes similares pasen por el proceso de trasplante".

Duke puso a Stewart en la lista de espera para un hígado en la primavera de 2018. Eso significaba que él y su esposa tenían que estar listos para viajar a Duke en cualquier momento, de día o de noche, desde su casa cerca de Richmond, VA. Hicieron el viaje tres veces.
"No se sabe hasta que los médicos observan el hígado", dijo Stewart. "Cada vez me preparaban y me preparaban, pero el médico me llamaba para decirme que el hígado no estaba en buenas condiciones. Es muy difícil subirse al coche y volver a casa, sin saber cuándo tendrás otra oportunidad".

Esa oportunidad llegó en el tercer viaje de Stewart a Duke, a principios de 2019. El cirujano de trasplantes de Duke , Andrew Barbas, MD, formó parte del equipo que recuperó el hígado donado. Llamó para decir que el hígado se veía bien, y esa noche se lo trasplantó a Stewart.

"Hizo un trabajo excepcional", dijo Stewart. "No puedo elogiarlo más a él y a su equipo. La experiencia fue insuperable".

Si bien Stewart era un paciente desafiante, su caso no es inusual para Duke. Su programa de trasplante es conocido a nivel regional y nacional por su éxito en casos desafiantes, y otros centros a menudo derivan a pacientes de alto riesgo allí. De hecho, el Registro Científico de Receptores de Trasplante clasifica constantemente a Duke como uno de los mejores centros de trasplante de hígado de los EE. UU.

El Dr. Berg atribuye el éxito de Duke en trasplantes de hígado a su alto nivel de colaboración entre profesionales expertos. "Colectivamente, contamos con más de 100 años de experiencia", comentó. Todo el equipo colabora para tomar las mejores decisiones para cada paciente.

El equipo también trabaja para avanzar en la ciencia del trasplante. Por ejemplo, el hígado del donante que recibió Stewart se preservó y transportó utilizando una técnica innovadora que mantiene la sangre y los nutrientes circulando en el órgano y lo mantiene a una temperatura óptima. Duke es uno de varios centros de trasplante que están evaluando este enfoque, que podría aumentar la cantidad de hígados disponibles para trasplante, como parte de un estudio clínico.

La experiencia del equipo de trasplante de Duke ha dado resultados positivos para Stewart, y se encuentra bien. Camina aproximadamente una milla y media al día y tiene muchas ganas de volver a levantar pesas. Sobre todo, siente felicidad por tener un futuro.

"Gracias a Duke, tengo una nueva oportunidad para vivir plenamente", expresó.