Madre e hija reciben trasplantes de órganos en Duke con un mes de separación
Los equipos de trasplantes de Duke trabajan para devolver la salud a una familia

Teyanna Ingram y su hija Tyra posan juntas afuera del hospital de la Universidad de Duke.
Tyra Ingram, 19, de Laurinburg, NC, nació con más de un defecto cardíaco congénito, por lo que se sometió a tres cirugías cardíacas complejas y a la colocación de un marcapasos antes de los cinco años de edad. Aunque se había sometido a un trasplante de corazón en Duke en 2021, la familia no pudo bajar la guardia. Unas semanas después del trasplante de Tyra, la madre, Teyanna, recibió un trasplante de riñón en Duke. Ya han pasado unos meses y ahora madre e hija se sienten muy bien. Pueden volver a irse de vacaciones con la familia y esperan gozar de buena salud en el futuro.
Un trayecto desde la infancia
Tyra nació con varios defectos cardíacos, incluyendo la transposición de grandes arterias congénitamente corregida (también conocida como L-transposición de las grandes arterias o L-TGA). Debido a este raro defecto, dos de las cuatro cámaras del corazón de Tyra estaban intercambiadas, y una de ellas era demasiado pequeña para funcionar adecuadamente. Cuando Tyra estaba en el jardín de infantes, ya se había sometido a una serie de cirugías cardíacas complejas en el hospital de la Universidad de Duke. Cuando tenía dos meses, se le colocó una banda en la arteria pulmonar; a los 14 meses, se le hizo un procedimiento de Glenn bidireccional, y cuando tenía cuatro años, se sometió a una cirugía de Fontan y se le puso un marcapasos. A medida que iba creciendo, Tyra tenía dificultades para seguirle el ritmo a los otros niños.
"Yo era la que estaba superpreocupada", comenta Teyanna, de 41. "Cuando la veía correr, le decía que no lo hiciera. Le decía: 'No, nena. Quizá debas sentarte. Te ves cansada'".
La insuficiencia renal complica las cosas
En junio de 2019, le diagnosticaron a Teyanna insuficiencia renal debido a complicaciones de la diabetes. Empezó a hacerse diálisis, que requería tratamientos de cuatro horas, tres veces a la semana. Pocos meses después, los médicos de Teyanna sugirieron que fuera evaluada para un trasplante de riñón. Se la incluyó en la lista nacional de espera.
Dos trasplantes de órganos con un mes de separación
Dos años más tarde, en febrero de 2021, Tyra, quien en la época estudiaba en la Universidad Central de North Carolina, comenzó a tener problemas para respirar. "Llamé a mi abuela", cuenta Tyra. Me dijeron, 'llamemos al médico'".
Michael Carboni, MD, un cardiólogo pediátrico de Duke que ha atendido a Tyra desde que ella tenía cinco años, supo que necesitaba terapia avanzada o un trasplante de corazón. Unas dos semanas después de que Tyra se anotó en la lista de espera para el trasplante, un corazón estuvo disponible.
"Su cirugía fue muy intrincada a causa de su compleja enfermedad cardíaca congénita. Pero el trasplante salió muy bien y a ella le fue magníficamente después", comenta Adam DeVore, MD, MHS, un cardiólogo especialista en trasplantes de Duke que formaba parte de su equipo de atención.
Tan solo unas semanas después, llamaron a Teyanna a informarle que había un riñón disponible y se sometió al trasplante. Seis semanas después, su cirujano de trasplante de riñón, Kadiyala Ravindra, MBBS, estaba satisfecho con su progreso. "Estaba muy enferma antes del trasplante", explica. "Es gratificante ver lo bien que está ahora".
Lo que viene
Tanto Teyanna como Tyra continúan fortaleciéndose día a día. "Puedo caminar mucho más sin cansarme", comenta Tyra.
"Mi experiencia fue excelente. Algunas de mis enfermeras de Duke eran las mismas que atendieron a Tyra, así que se acordaban de mí. Me preguntaban cómo le iba", cuenta Teyanna. "Me sentí como en un segundo hogar".
Según el Dr. Carboni, Duke cuenta con los recursos y la experiencia colaborativa necesarios para ayudar a personas como Tyra y Teyanna Ingram. "Podemos hacer lo mismo por otras personas como ellas", dice.