Una enfermera de toda la vida vuelve a estar de pie

Treinta y ocho años de enfermería han hecho mella en las articulaciones de Cindy McAbee. "Tanto tiempo que he pasado de pie en esos suelos duros me ha agotado", dice.

De hecho, la abuela de 60 años se sometió a su primer reemplazo de cadera a los 50 años. Se unió al Programa de Rehabilitación de la Artritis del Duke Health and Fitness Center con el fin de preparar su cuerpo para el procedimiento. "Quería fortalecerme lo más posible antes de la cirugía de cadera", dice Cindy. Hizo ejercicios acuáticos y trabajó en su equilibrio. Como resultado, su recuperación fue bien y volvió al trabajo en poco tiempo.

Cuatro años después, sin embargo, Cindy se enfrentó a algo mucho más serio. "Cuando fui al médico por el dolor en la otra cadera, me descubrieron un tumor de 17 centímetros en la pantorrilla", cuenta. Diagnóstico: un sarcoma, un tipo de cáncer que se desarrolla en los tejidos blandos.  "Estuve sin trabajo durante el año siguiente por tratamiento", dice Cindy.

Radiación, cirugía y más radiación fueron seguidos por un trasplante de músculo, arteria y vena tomados de su espalda y colocados en su pierna. "Estuve en la cama durante un mes, no podía moverme", dice.

Afortunadamente, el tratamiento contra el cáncer fue exitoso, pero dejó a Cindy más débil que nunca. Decidió regresar al Gimnasio y, una vez más, Cindy encontró su fuerza. Esta vez, contó con la ayuda de un entrenador personal para mantenerla motivada.

"Sabía que si no tenía una cita, no iría", dice. "Así que solicité entrenar con Michelle dos veces por semana y al tercer día voy por mi cuenta". Tres años después, Cindy dice que esa fue la mejor decisión que pudo haber tomado.

"Adoro a Michelle, es como una hija para mí", dice Cindy. "Nos reímos y discutimos, lo que lo hace divertido. Pero también trabajamos duro. Al igual que todo el personal, Michelle va más allá. Ella conoce mi historia pasada y mis objetivos de salud. Ella sabe que mis rodillas son las siguientes en desaparecer, así que lo tiene en cuenta durante los entrenamientos. Cuando mi hijo me recomendó un programa para ayudarme a vivir y comer más sano, Michelle me ayudó a superarlo, tomando medidas semanalmente y animándome.

"Cuando llegué al centro, era prediabético. Ahora mi médico dice que mis números  (colesterol, presión arterial) se parecen a los de un niño de 16 años. Si no tuviera este gimnasio, sé que no me iría tan bien".

Cindy ahora ha vuelto a trabajar a tiempo completo como gerente de enfermería en el Durham VA Medical Center. Y no tiene planes de retirarse. "No puedo parar ahora", dice.