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Una segunda opinión en Duke da a una mujer con cáncer de páncreas una segunda oportunidad

Por Larissa Biggers
04 de julio de 2021
Sharlene Mitchell fotografiada fuera del hospital de la Universidad de Duke.

Cuando una extensa cirugía no logró extirpar la masa cancerosa del páncreas de Sharlene Mitchell, sus médicos le dijeron que no había nada más que se pudiera hacer. Mitchell, no obstante, no estaba lista para darse por vencida y buscó una segunda opinión en Duke. Gracias a su determinación, ahora está libre de cáncer y se siente agradecida por cada día. 

Un diagnóstico de cáncer de páncreas y una cirugía sin éxito

Mitchell, una auxiliar de enfermería, comprende la importancia de cuidar su salud. Así que en 2016, cuando sintió un fuerte dolor abdominal, náuseas y vómitos, fue directo a la sala de emergencias. Tomaría tres años, innumerables exámenes y visitas al médico, y muchas más visitas a la sala de emergencias antes de que finalmente recibiera la devastadora noticia de que tenía cáncer de páncreas.

"Después de eso, todo sucedió muy rápido", cuenta la mujer que ahora tiene 57 años. Se reunió con gastroenterólogos y oncólogos y se sometió a quimioterapia y radiación cerca de su casa en Richmond, VA. En agosto de 2020, se sometió a una cirugía para extirpar el tumor del páncreas, pero las cosas no salieron de acuerdo con lo planeado. El cáncer había invadido los vasos sanguíneos circundantes. Le dijeron a Mitchell que "el cáncer era inoperable y que nunca sería operable". La mandaron a casa con instrucciones de disfrutar del tiempo que le quedaba de vida.

Michael Lidsky, MD, conversa con Sharlene Mitchell en la clínica.
Michael Lidsky, MD, conversa con Sharlene Mitchell en la clínica.

Una segunda opinión en Duke ofrece esperanza

Mitchell siguió las órdenes de su médico, pero después de dos semanas en casa, "reaccioné y pensé: 'No puedo aceptar esto'. No puedo simplemente esperar a morirme sin hacer nada'". Les pidió a sus médicos que la derivaran a otro cirujano y, poco después, llegó a Duke para consultar al oncólogo quirúrgico Michael Lidsky, MD. Se sintió en casa de inmediato. "Es un ambiente tan lleno de atenciones. Nadie, ni siquiera una vez, pareció apresurado o demasiado ocupado y el Dr. Lidsky fue honesto conmigo", cuenta Mitchell. Le dijo que no sabía si podría ayudarla, pero que él y los otros médicos de su equipo estaban de acuerdo en que valía la pena intentarlo. 

El Dr. Lidsky explica: "Vino a nosotros sin ninguna esperanza. Nos dijo: 'Solo quiero que me confirmen que no se puede hacer nada más'". No le dijimos eso. Quisimos darle una oportunidad. Quisimos averiguar si podíamos hacer más y, lo más importante, le devolvimos la esperanza. 

Antes de intentar otra cirugía, Mitchell se sometió a más quimioterapia, que siempre le había resultado un desafío. Con frecuencia sufría de reacciones alérgicas severas a los tratamientos y desarrolló neuropatía en los pies. Sabía que debido a estos problemas, la quimioterapia no sería una opción a largo plazo y que la cirugía era su única esperanza.

Un equipo experimentado, mejores resultados

Para extirpar el tumor, el equipo quirúrgico realizó un procedimiento de Whipple, una cirugía agresiva en la que se extirpan partes del páncreas, del intestino delgado, estómago, conducto colédoco y ganglios linfáticos circundantes. Los órganos que quedan se reconstruyen para restaurar la función normal. La operación de Mitchell se complicó debido al tejido cicatricial de su cirugía anterior y a los vasos sanguíneos próximos al tumor. Para mitigar los riesgos, también participaron cirujanos vasculares de Duke. "En hospitales más pequeños, es inusual contar con cirujanos subespecializados en cirugía vascular y cirugía del páncreas con experiencia significativa en este tipo de operaciones. Pero los grandes centros académicos como Duke brindan beneficios como este a los pacientes", comenta el Dr. Lidsky. 

Es bien sabido que el procedimiento de Whipple es complicado, pero Duke tiene un historial exitoso con el procedimiento. "Estos procedimientos delicados requieren un equipo que los haya realizado muchas veces". La experiencia multidisciplinaria y subespecializada que hemos acumulado ciertamente nos ayuda, y los centros como el de Duke donde se realizan muchas resecciones de páncreas obtienen mejores resultados", dice el Dr. Lidsky. Mitchell se benefició de forma directa de la experiencia quirúrgica del equipo. Su procedimiento de Whipple fue exitoso y se recuperó sin problemas. 

Ahora, menos de tres meses después, se siente "estupendamente". Participa en sesiones regulares de terapia física para su neuropatía, está trabajando de nuevo —de manera remota, 20 horas a la semana—, y le ilusiona pasar tiempo con su familia y amigos. Está agradecida por el apoyo y las plegarias de sus seres queridos, por el Dr. Lidsky y su equipo, y por su decisión de buscar una segunda opinión en Duke. "Si no hubiera pedido una segunda opinión, no estaría donde estoy ahora".