Dolor en las piernas y calambres: cuándo preocuparse

Actualizado el 05 de julio de 2022.

Los calambres en las piernas son incómodos, pero la mayoría de nosotros los pasamos por alto. Después de todo, es difícil exaltarse por una afección tan común como un "calambre" y para la cual su mamá podría decirle que coma más plátanos. Pero cuando el dolor en las piernas detiene, es hora de tomarlo en serio.

"El dolor de piernas es como dolor de espalda en el sentido de que millones lo padecen", comenta el especialista en cardiología de Duke Manesh Patel, MD. La mayoría de las personas asumen que el dolor en las piernas es musculoesquelético o relacionado con los nervios, pero algunas formas de dolor en las piernas pueden ser un signo de enfermedad cardíaca.

"Claudicación" es el término médico para el dolor de piernas que ocurre cuando se está activo. "La mayoría describe a este dolor como un calambre que sienten cuando caminan y que se alivia con el descanso", continúa el Dr. Patel.

Cuando este tipo de dolor en las piernas ocurre cada vez que se hace ejercicio y desaparece poco después de detenerse, podría ser un signo de enfermedad arterial periférica o PAD.

Cuando los vasos sanguíneos se deterioran

La EAP ocurre cuando los vasos sanguíneos principales que suministran sangre a las extremidades y a otras áreas importantes del cuerpo están bloqueados parcial o completamente debido a la acumulación de depósitos grasos.

Este endurecimiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos, llamado aterosclerosis, puede ocurrir en todo el cuerpo, pero en personas con EAP puede manifestarse como dolor en las piernas, dijo el Dr. Patel. "Cuanto más se utilizan los músculos", explicó, "más flujo sanguíneo se necesita, pero ese flujo se restringe debido a la acumulación", lo que resulta en una sensación de calambre.

"Desafortunadamente, las personas que tienen esta afección tienden a reducir su actividad física para evitar el dolor en lugar de acudir al médico para que los aconseje", dice el Dr. Patel. Esa puede ser una decisión peligrosa, porque las personas con EAP, en particular aquellas que fuman o tienen diabetes, están en riesgo de sufrir un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular letales, y algunos casos severos pueden llevar a la pérdida de extremidades.

Despejar los canales

Los factores de riesgo para EAP son similares a los de enfermedad cardíaca: obesidad, presión arterial alta, niveles altos de colesterol, tabaquismo y diabetes. Y, al igual que con la enfermedad cardíaca, hay muchas cosas que se pueden hacer para ralentizar la progresión de la EAP, especialmente cuando se detecta a tiempo.

"Podemos tratar la EAP con éxito", explica el Dr. Platel. Podemos reducir el riesgo de complicaciones y también ayudar a aliviar síntomas, pero primero se necesita un diagnóstico.

Esto significa tomar en serio el dolor recurrente en las piernas, especialmente si tiene factores de riesgo para la EAP y la enfermedad cardíaca. "Si siente un dolor de pantorrillas, glúteos o piernas cuando camina, que le obliga a detenerse y descansar, pregúntese qué haría si eso fuera un dolor en el pecho. Probablemente se haría examinar, incluso si creyera que se trata tan solo de acidez o reflujo. Este pudiera ser su equivalente al dolor en el pecho".

¿Ahora qué? Después de un diagnóstico de EAP

Lo más importante de tener EAP no es la afección en sí, sino cómo puede afectar el riesgo de tener otras afecciones potencialmente mortales.

Cynthia Shortell, MD, responsable de cirugía vascular en Duke, afirma que recibir un diagnóstico de EAP significa una cosa segura: se tiene aterosclerosis, también conocida como arterias endurecidas. "Y definitivamente debe buscar tratamiento y evaluación para eso", dijo, ya que es un factor de riesgo importante para enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.

Pero la EAP no es, en sí misma, una condición que requiera un tratamiento agresivo en todas las personas, dijo el Dr. Shortell. Elegir un tratamiento, u optar por no tratarse, depende de qué tanto interfieren los síntomas con su vida.

Para aquellos con síntomas leves o moderados, hay tres terapias que se recomiendan con más frecuencia, de acuerdo con la Dra. Shortell:

  • Cesación del tabaquismo: Un mejor flujo sanguíneo en las extremidades es uno de los muchos beneficios para las personas que dejan de fumar.
  • Una rutina de ejercicios: esto puede ser tan sencillo como una caminata diaria. El ejercicio es una manera muy efectiva de construir nuevos vasos sanguíneos y mejorar la circulación, siempre y cuando se mantenga la rutina, claro está.
  • Medicamentos: Estos pueden ser útiles para algunos pacientes, pero tienen efectos secundarios que deben ser sopesados cuidadosamente con el médico.

Para las personas con síntomas severos, como dolor de piernas persistente y debilitante o heridas que no sanan, existen procedimientos quirúrgicos que pueden desbloquear las venas. Son similares a los procedimientos que se utilizan para desbloquear los vasos sanguíneos en los pacientes que tienen una enfermedad cardíaca avanzada: se coloca un globo o un stent en el vaso o se realiza una revascularización quirúrgica utilizando una vena sacada del muslo del paciente.

El Dr. Shortell comenta que para la mayoría de pacientes con claudicación, decidir someterse a uno de estos procedimientos quirúrgicos no es diferente de la decisión de someterse a una cirugía de reemplazo de rodilla. "Es una decisión sobre la calidad de vida", dice.

Los efectos son duraderos, pero no permanentes; por lo tanto, en personas más jóvenes o en aquellas que tienen problemas de salud que pueden requerir una revascularización quirúrgica más adelante, los médicos suelen aconsejar retrasar el tratamiento quirúrgico todo lo posible.

"Solemos reservar la revascularización para los casos muy graves, como aquellos en los que si no se hace algo, el paciente puede perder una pierna", comenta la Dra. Shortell. Pero señala que muy pocas personas, menos del 5%, perderán una extremidad debido a la enfermedad arterial periférica. La diabetes, enfermedad renal y el tabaquismo son las principales razones por las que la EAP podría convertirse en una condición que amenaza la vida y las extremidades.