Duke Life Flight: 30 años salvando vidas

Un dolor agudo en la parte superior del pecho de Aaron Thompson fue la primera señal de que algo no iba bien. "Fue extremadamente doloroso", dijo Thompson. El dolor no parecía provenir de su corazón, pero sabía que era grave "porque no podía moverme".

El servicio médico de emergencia local (EMS, por sus siglas en inglés) transportó a Thompson desde su casa en Hillsborough hasta el Duke Regional Hospital. Allí, los médicos de la sala de emergencias diagnosticaron rápidamente a Thompson con un aneurisma aórtico. El bulto que se desarrolla en la arteria más grande del cuerpo puede ser fatal si se rompe, y el de Thompson estaba a punto de hacerlo. Fue necesario trasladarlo de inmediato al hospital de la Universidad de Duke, donde los cirujanos de corazón especializados en la reparación de la aorta se estaban preparando para su cirugía.

"Estaba consciente y asimilando todo esto", recordó Thompson, que ahora tiene 54 años. "Poco a poco estaba empezando a enloquecer. Mi ansiedad empeoraba a cada segundo. Nunca me había pasado algo así".

Thompson le da crédito al personal del servicio de transporte de cuidados críticos de Duke, Duke Life Flight, por calmarlo. "Fueron muy joviales conmigo. Me estaban monitoreando y podía escuchar las sirenas que venían del camión, pero mi nivel de ansiedad bajó. Sentí que estaba en buenas manos".

Duke Life Flight se convirtió en el primer servicio de helicóptero basado en un hospital en Carolina del Norte en 1985. Desde entonces, ha crecido hasta incluir dos helicópteros y siete ambulancias terrestres que transportan a más de 5,000 pacientes anualmente y cubren áreas urbanas y rurales en Carolina del Norte, así como en partes de Virginia, Tennessee y Carolina del Sur.

El helicóptero y las ambulancias están equipados con la última tecnología y cuentan con personal de enfermería altamente capacitado y técnicos médicos de emergencia (EMT) que administran cuidados críticos cuando, como en el caso de Thompson, cada minuto cuenta.

"Hemos sido testigos de milagros, observando a los pacientes desde el lugar donde los recogimos hasta verlos caminar fuera del hospital", dijo Barbara Willis, directora de operaciones clínicas de Duke Life Flight. A veces "hablan con el equipo, comparten su historia y nos cuentan cuánto agradecimiento sienten..

Thompson estaba ansioso por agradecer a su equipo de Life Flight una vez que se recuperó. "No me enteré hasta más tarde de lo grave que era esto y de lo que podría haber pasado si mi aorta se hubiera roto en la unidad de cuidados críticos. Pero sabían a lo que se enfrentaban".

Cuando Thompson se dirigió al personal de Life Flight, recuerda haberle pedido a quienquiera que estuviera en el camión ese día que por favor se pusiera de pie. "Los aplaudí. Tuve la oportunidad de abrazar a esas personas. Fue un día emotivo. No estoy aquí porque sea personal de Duke, ni porque haya visto a algunos de ellos a lo largo de los años cuando era oficial de seguridad. Estaba en buenas manos. Eran mis ángeles".

Hoy en día, Thompson muestra con orgullo el prendedor de Duke Life Flight en su solapa. Cuando la gente le pregunta si es miembro de su equipo, dice: "No, pero apoyo su trabajo. Estoy aquí por ellos.