Después del trasplante, el sistema inmunitario de su hijo no reconocerá el nuevo riñón y puede intentar atacarlo o rechazarlo. Por eso, es importante que el riñón sea compatible con el sistema inmunitario del niño. Además, su hijo deberá tomar medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo. Es fundamental que reciba estos medicamentos según lo prescrito. Personalizamos cada estrategia de inmunosupresión en función de las necesidades específicas de cada paciente. Nuestro objetivo es que el riñón trasplantado funcione durante mucho tiempo.
Los signos de rechazo pueden incluir fiebre, disminución de la eliminación de orina y aumento de peso, pero también es posible que su hijo no presente ningún síntoma. Por eso, se le realizarán análisis de sangre periódicos y una biopsia renal aproximadamente seis meses después del trasplante, para determinar si hay rechazo. El rechazo puede tratarse con éxito si los problemas se abordan con rapidez. Por lo general, se combate con esteroides y aumentando la dosis de inmunosupresores.