Después de la evaluación, su equipo de atención de cordomas se reunirá para analizar los resultados de las pruebas y hacer recomendaciones para un plan de tratamiento. El tratamiento de cordomas suele incluir cirugía y radioterapia.
Cirugía
Las cirugías de cordomas son difíciles debido a la ubicación de estos tumores. El objetivo, tanto para los cordomas de la base del cráneo como para los del sacro, es extirpar la mayor cantidad posible del tumor en una sola pieza, si es viable, lo que puede implicar la necesidad de extirpar un hueso en forma parcial o total. Cuanto más grande sea el tumor y más hueso se deba extirpar, mayor será el riesgo de disfunciones o daños nerviosos. Si el tratamiento elegido es la cirugía, la extirpación completa del tumor supone mejores resultados a largo plazo. Usted y su equipo de atención médica deberán considerar detenidamente los riesgos y beneficios de la cirugía.
Según la complejidad de la cirugía, el procedimiento lleva al menos seis horas y, a veces, se debe realizar en el transcurso de dos días. Es posible que participen varios cirujanos, como cirujanos ortopédicos, de cerebro, cabeza y cuello, columna vertebral, cirujanos generales y cirujanos plásticos. Deberá permanecer en el hospital por hasta una semana.
Para los cordomas de la base del cráneo, los cirujanos pueden utilizar técnicas mínimamente invasivas a través de las fosas nasales para llegar al tumor. En estos casos, no tendrá cicatrices visibles, la estadía en el hospital será más corta y la recuperación será más rápida.
Radioterapia
Los oncólogos de radioterapia de Duke pueden recomendar un ciclo de radioterapia localizado antes de la cirugía para reducir el tumor o después de la cirugía para matar cualquier célula cancerosa que haya quedado. La radioterapia se realiza de forma ambulatoria, por lo tanto, no es necesario permanecer en el hospital.
Terapia médica
Un especialista en oncología médica puede discutir el posible uso de una terapia sistémica (de cuerpo entero) para tratar el cordoma. Esto podría ser una terapia dirigida o una quimioterapia más convencional, dependiendo del estado de la enfermedad. También puede ser elegible para un estudio clínico.
Seguimiento
Los cordomas tienen entre un 30% y un 50% de probabilidades de reaparecer. Además, como el cáncer es de crecimiento lento, puede generar metástasis varios años después de un tratamiento exitoso. Seguimos un estricto programa de supervisión para detectar cualquier nuevo crecimiento lo antes posible. Durante los primeros dos años, se le pedirá que regrese con frecuencia para citas de seguimiento y estudios de imágenes. Después, las citas se espaciarán de manera incremental durante los próximos ocho años.