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Dos caminos hacia el tratamiento del cáncer de próstata

Los expertos nos indican que tratar el cáncer implica atender a la persona, no a la enfermedad. Cuando se trata de la próstata, los hombres tienen una amplia gama de opciones de tratamiento para elegir, basadas tanto en su cáncer como en sus necesidades personales.
Cary Robertson, MD, cirujano de la Clínica de Urología de Duke, ayuda a las personas con cáncer de próstata a evaluar las ventajas y desventajas de cada opción de tratamiento. Dos de sus pacientes, Charles Voigt, de Kill Devil Hills, Carolina del Norte, y Jim Morgan*, del condado de Orange, Carolina del Norte, eligieron dos trayectorias muy diferentes. Aquí están sus historias.
MÍRALO
Durante tres años, Charles Voigt, de 63 años, ha estado viviendo con el conocimiento de que tiene cáncer de próstata. Nunca se ha sometido a cirugía, radiación ni ninguna otra intervención que la gente suele considerar como un tratamiento contra el cáncer. En cambio, se está sometiendo a lo que se conoce como vigilancia activa.
Voigt se hace revisar sus niveles de PSA regularmente. Un aumento en los antígenos prostáticos específicos en su sangre podría ser una señal de que el cáncer está avanzando. También realiza biopsias periódicas de la próstata para controlar el tamaño y las características del tumor. Como Voigt sabe que el cáncer de próstata suele crecer lentamente, está de acuerdo con posponer la cirugía y la radiación. Para él, parece lógico.
"En mi caso, mis médicos de Duke [el Dr. Robertson y el oncólogo radioterapeuta W. Robert Lee, MD] consideraron que mi cáncer no necesitaría tratamiento hasta dentro de unos 10 años", dijo. "Para mí, eso significa 10 años sin efectos secundarios y 10 años para que se desarrollen tratamientos nuevos y avanzados".
Voigt buscó una segunda opinión (e incluso una tercera), que confirmó que la vigilancia activa era apropiada para su cáncer. Con cada visita al médico, toma a su esposa como un segundo par de orejas y recomienda a otros que hagan lo mismo. "La gente escucha las cosas de manera diferente", dijo.
Se necesita una cierta mentalidad para sentirse cómodo con este enfoque, admitió Voigt. "Algunas personas son muy reactivas a la palabra cáncer. Sí, tengo cáncer, pero no es un cáncer virulento". Su diagnóstico en realidad puede tener un lado positivo. Ávido ciclista desde hace 10 años, Voight siempre ha llevado un estilo de vida saludable, pero ahora se cuida aún mejor. Come bien, no consume carne roja y consume poca azúcar, y medita.
Un camino claro hacia el tratamiento
Jim Morgan* tenía 68 años cuando su médico encontró un tumor del tamaño de una uña en su próstata durante su examen físico anual. "Pero mi urólogo no estaba preocupado", dice Morgan. "Revisamos mi PSA, que era inesperadamente bajo, y me dijo que volviera en tres meses".
Familiares y amigos lo instaron a buscar otra opinión. "No quería otra opinión. Quería que me tratara el mejor médico especializado en cáncer de próstata de la ciudad", expresó.
Morgan se dirigió a Duke Raleigh y consultó con un equipo de especialistas: el Dr. Robertson, el Dr. Lee y el oncólogo médico Yuri Fesko, MD. El equipo estuvo de acuerdo en que este tumor en particular era importante y era probable que creciera, por lo que debía tratarse temprano.
Los médicos de Morgan hablaron con él sobre más de una opción de tratamiento, incluida la braquiterapia-radioterapia que utiliza semillas implantadas en el tumor. Al final, decidió someterse a una cirugía para extirpar la próstata.
Dos años después, Morgan dijo que no se arrepiente, a pesar de haber experimentado efectos secundarios. Está agradecido no solo por la experiencia, sino también por la compasión de sus médicos, sus enfermeras y su asesora de pacientes, Dori Trone, RN, quien, según Morgan, hizo todo lo posible para garantizar que tuviera la mejor experiencia posible.
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