Un donante de riñón descubre que tiene cáncer de estómago durante su evaluación
"Ahora tengo una oportunidad", afirmó Jeff Stewart

Jeff Stewart sonríe en un sendero cerca de su hogar en Cary, NC.
Jeff Stewart quería donar su riñón porque ayudar a los demás es "lo correcto", explicó. Casualmente, su altruismo puede haberle salvado la vida. Durante el proceso de evaluación del donante en Duke Health, los médicos de Stewart encontraron dos masas cancerosas, una en su riñón y otra en su intestino. Después de una cirugía en la que le extirparon los tumores, los médicos de Duke descubrieron algo nuevo: Stewart tenía un tipo de cáncer de estómago que habría pasado desapercibido. "Si no hubiera intentado donar un riñón, mis cánceres me habrían matado", expresó. "Ahora tengo una oportunidad".
Descubren su cáncer de estómago tras una cirugía
Stewart, residente de Cary, NC, intentó ser donante de riñón durante casi una década. Tras someterse a una cirugía de baipás gástrico para controlar su peso y su prediabetes, Duke lo aceptó como posible donante. Durante sus exámenes, descubrieron que tenía cáncer de estómago y cáncer renal. Como consultor de atención médica, Stewart sabía buscar estadísticas sobre el cáncer y no se preocupó demasiado. Ambos cánceres tenían altas tasas de curación. Todo cambió cuando pasó por cirugía. "Descubrieron que se trataba de un cáncer mortal llamado adenocarcinoma gástrico difuso", señaló. "Ese no es el tipo de cáncer que quisieras tener".
El cáncer gástrico de Stewart estaba oculto en la parte de su estómago por la que no pasaban alimentos ni bebidas luego de su cirugía de baipás gástrico. "No se puede ver en la endoscopia superior", explicó Stewart, refiriéndose a un procedimiento que monitorea la salud de los pacientes después de una cirugía de pérdida de peso. "Me habían hecho una de esas un mes antes".
Especialistas en cáncer de estómago determinan el mejor plan de tratamiento
Hope Uronis, MD, oncóloga médica del Duke Cancer Institute, conoció el caso de Stewart en una reunión regular con los especialistas en cáncer de Duke. La "junta de tumores", como se denomina la reunión, agrupa a expertos en oncocirugía, oncología médica, oncología radioterápica y más, que determinan el mejor enfoque de tratamiento para cada paciente.
"Mientras que los médicos de otros centros pueden tratar muchos tipos de cáncer, nosotros nos centramos únicamente en el cáncer gastrointestinal", resaltó. "Es posible que otros médicos no tengan el nivel de conocimientos que nosotros tenemos". Por eso, los pacientes como Stewart cuentan con un equipo de médicos experimentados y capacitados para tratar su tipo de cáncer. "Todos estamos en el mismo lugar, por lo que es más fácil comunicarnos", comentó la Dra. Uronis. Esto fue decisivo para Stewart, ya que necesitaba quimioterapia y radioterapia para eliminar cualquier resto de cáncer tras su cirugía y así reducir la probabilidad de que el cáncer regrese y haga metástasis. "El riesgo que nos preocupa es que el cáncer regrese y afecte al hígado, los pulmones o los ganglios linfáticos", explicó.
Solo queda esperar los próximos dos años
Ahora, Stewart se somete a estudios de imágenes con regularidad en un centro oncológico de Duke cerca de su hogar en Cary. "Si sobrevivo dos años sin que se observe metástasis, probablemente esté a salvo", dijo. Si el cáncer regresa, la Dra. Uronis determinará si es candidato para un estudio clínico.
Ayudar a los demás sigue siendo la misión de Stewart
Stewart, de 51 años, ha encontrado consuelo y esperanza contando su historia a otras personas, incluidos sus siete hijos. Ha escrito un libro y comparte sus experiencias. "Quería contar la historia del cáncer de una forma que pudiera ayudar a las personas que han tenido a alguien en su vida que se vio afectado por el cáncer o a quienes tuvieron cáncer", manifestó. "Y quería que mis propios hijos recibieran todos los consejos de vida que pudiera darles".