Diagnóstico de la displasia de cadera en bebés
Cualquiera puede nacer con displasia de cadera, pero los bajos niveles de líquido amniótico en el útero durante el embarazo, la presentación de nalgas y los antecedentes familiares pueden aumentar las probabilidades de que su hijo tenga esta afección. Los bebés con estos factores de riesgo suelen ser derivados para hacerles un estudio de ultrasonido de caderas independientemente de los resultados del examen de detección. Esto se debe a que estos factores de riesgo o signos de displasia de cadera en el examen del recién nacido pueden ser casos leves que pasan desapercibidos y progresan a medida que los bebés crecen y empiezan a caminar.
Derivación a un cirujano ortopédico pediátrico
Según la gravedad de la afección del niño, los resultados de las pruebas y los factores de riesgo, es posible que se le derive a un cirujano ortopédico pediátrico que haya recibido una formación especial y sea experto en el tratamiento de niños con trastornos musculoesqueléticos, como la displasia de cadera. Nuestros cirujanos pediátricos trabajan con un equipo de enfermería y personal pediátrico especialmente capacitado que está al día de los últimos avances en este campo y atiende a familias de todo el estado que acuden a nosotros para la atención de sus hijos.
Determinar la gravedad de la displasia de cadera
Nuestros cirujanos ortopédicos pediátricos realizarán una historia clínica y un examen físico exhaustivos. Según la edad de su hijo, puede someterse a estudios de imágenes, como una prueba de ultrasonido o una radiografía para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la displasia de cadera del niño.
Atención de seguimiento
Después del tratamiento de la displasia de cadera, su hijo seguirá visitando periódicamente al cirujano ortopédico pediátrico para asegurarse de que las caderas se desarrollen correctamente. Esta atención continua es importante para identificar cualquier problema futuro que pueda ocurrir, como una recurrencia de la displasia o artritis precoz.
Tratamientos no quirúrgicos para la displasia de cadera
El tratamiento no quirúrgico suele recomendarse y es más beneficioso cuando la displasia de cadera se diagnostica en bebés menores de un año. Estos tratamientos incluyen la colocación de ortesis y, a veces, de yesos para ayudar a mantener las caderas estables y permitir un desarrollo adecuado. Para los niños mayores o los casos más graves, puede recomendarse la cirugía si los tratamientos no quirúrgicos no han sido eficaces. Por lo general, las ortesis se llevan de 23 a 24 horas al día durante 6 a 12 semanas o hasta que las caderas parezcan estables en la imagen de ultrasonido o en la radiografía.
Arnés de Pavlik
Esta es la ortesis más utilizada para la displasia de cadera en bebés de hasta seis meses de edad. El arnés flexible de Pavlik estimula y posiciona suavemente las caderas del niño para que se desarrollen en una posición normal. Los bebés suelen tolerar bien el arnés. Para facilitar el transporte de su hijo mientras lleva el dispositivo, nuestro personal pediátrico calificado puede prestarle una silla adaptable especial para el auto.
Ortesis para abducción de cadera
Para los pacientes de más edad o de mayor tamaño, es posible que el arnés flexible no sea lo suficientemente fuerte para mantener las caderas en una posición adecuada. En estos casos, pueden utilizarse ortesis de abducción de cadera, también llamadas ortesis de abducción fijas. Estas ortesis son más resistentes y mantienen las caderas separadas con suavidad en una posición correctamente alineada para que puedan desarrollarse con normalidad.
Cirugía de displasia de cadera
La cirugía puede ser necesaria para niños de seis meses o más. Entendemos que puede ser un momento estresante para los padres. Nuestros cirujanos ortopédicos y profesionales de enfermería especializados están a su disposición para responder sus preguntas y resolver cualquier duda que tenga.
Cirugía de reducción cerrada
Si la ortesis no funciona o si se detecta displasia a una edad más avanzada, puede ser necesaria una reducción cerrada. La cirugía se realiza bajo anestesia general, pero no requiere una incisión. Durante esta cirugía, el cirujano ortopédico le inyectará al niño colorante en la articulación de la cadera para determinar la posición correcta. A continuación, se le colocará un yeso que llevará durante seis a doce semanas. El yeso cubre ambas piernas y la parte inferior del abdomen. Se deja espacio para permitir el cambio de pañales y para que el niño esté cómodo. A veces, puede ser necesario un procedimiento mínimamente invasivo de alargamiento muscular para permitir que la cadera se mueva con suavidad a su sitio y disminuir el riesgo de cualquier complicación. El control regular de la evolución de su hijo y los cambios periódicos del yeso en espiga formarán parte de su seguimiento.
Cirugía de reducción abierta
Para los niños mayores y los casos más avanzados, o si la cirugía de reducción cerrada no corrige la displasia de cadera, puede recomendarse la cirugía de reducción abierta. Durante este procedimiento, el cirujano ortopédico extirpa el tejido que puede estar impidiendo que la articulación de la cadera se posicione correctamente. También puede reparar y tensar los ligamentos sueltos. A veces, es necesario hacer un corte en el fémur o en la pelvis para reposicionar las caderas. Este procedimiento se denomina osteotomía. Al igual que con la reducción cerrada, después de este procedimiento, el niño llevará un yeso en espiga.