Cualquiera puede nacer con displasia de cadera, pero los bajos niveles de líquido amniótico en el útero durante el embarazo, la presentación de nalgas y los antecedentes familiares pueden aumentar las probabilidades de que su hijo tenga esta afección. Los bebés con estos factores de riesgo suelen ser derivados para hacerles un estudio de ultrasonido de caderas independientemente de los resultados del examen de detección. Esto se debe a que estos factores de riesgo o signos de displasia de CADERA en el examen del recién nacido pueden ser casos leves que podrían pasar desapercibidos y progresar a medida que los bebés crecen y comienzan a caminar.
Derivación a un cirujano ortopédico pediátrico
Según la gravedad de la afección del niño, los resultados de las pruebas y los factores de riesgo, es posible que se le derive a un cirujano ortopédico pediátrico que haya recibido una formación especial y sea experto en el tratamiento de niños con trastornos musculoesqueléticos, como la displasia de cadera. Nuestros cirujanos pediátricos trabajan con un equipo de enfermería y personal pediátrico especialmente capacitado que está al día de los últimos avances en este campo y atiende a familias de todo el estado que acuden a nosotros para la atención de sus hijos.
Determinar la gravedad de la displasia de cadera
Nuestros cirujanos ortopédicos pediátricos realizarán una historia clínica y un examen físico exhaustivos. Según la edad de su hijo, puede someterse a estudios de imágenes, como una prueba de ultrasonido o una radiografía para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la displasia de cadera del niño.
Atención de seguimiento
Después del tratamiento de la displasia de cadera, su hijo seguirá visitando periódicamente al cirujano ortopédico pediátrico para asegurarse de que las caderas se desarrollen correctamente. Esta atención continua es importante para identificar problemas futuros que puedan surgir, como una recurrencia de la displasia.