Más de 50 enfermedades se consideran trastornos de almacenamiento lisosomal. Las más comunes son la enfermedad de Gaucher, la enfermedad de Fabry, el síndrome de Hunter, el síndrome de Hurler, la enfermedad de Tay-Sachs y la enfermedad de Pompe. Estas afecciones hereditarias poco frecuentes aparecen cuando el organismo no produce las enzimas que intervienen en la descomposición de determinadas sustancias, como las grasas, los azúcares o las proteínas.
Los trastornos de almacenamiento lisosomal afectan a diversos sistemas del organismo, como los huesos y las articulaciones, la piel, el corazón, los riñones, el hígado y el sistema nervioso central. También puede producirse un retraso del desarrollo físico e intelectual. Como son tantos los sistemas que pueden verse afectados, nuestro equipo incluye muchos especialistas, como genetistas pediátricos, neurólogos, endocrinólogos, cirujanos ortopédicos y cardiólogos, entre otros. Trabajamos de manera conjunta para tratar las complicaciones causadas por los trastornos de almacenamiento lisosomal.