La extrofia vesical es un defecto congénito raro que ocurre cuando la vejiga, la uretra y la pelvis no se desarrollan correctamente. La gravedad de la afección varía de un niño a otro, pero en general, puede afectar la anatomía y la función de la vejiga, los riñones, los genitales, los huesos púbicos y los músculos pélvicos. La extrofia vesical puede identificarse antes del nacimiento durante un ultrasonido de rutina en el embarazo, y el diagnóstico se confirma tras el nacimiento. Si se sospecha de ello durante el embarazo, su OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA la derivará a un especialista en UROLOGÍA PEDIÁTRICA que le ayudará a crear un plan de parto y a tratar a su bebé después del nacimiento.
El tratamiento de la extrofia vesical implica una serie de cirugías para reparar la vejiga, remodelar los huesos pélvicos y asegurar que los órganos y sistemas afectados, como los riñones y el control urinario, funcionen correctamente. Tradicionalmente, la cirugía se realizaba en los primeros días después del nacimiento, cuando los huesos pélvicos son maleables. Sin embargo, ahora entendemos que para niños con vejigas más pequeñas, es mejor esperar, generalmente de [#0] a [#1] meses y hasta un año, hasta que la vejiga crezca lo suficiente como para ser construida en una vejiga funcional. Esto reduce la probabilidad de que su hijo necesite procedimientos más complejos a medida que crezca. El tratamiento también incluye terapia para ayudar a la persona a aprender a controlar la vejiga.
Nuestro equipo de urólogos pediátricos, ortopedistas, nefrólogos y fisioterapeutas trabaja en conjunto para ayudar a su hijo a desarrollarse adecuadamente. Nuestro objetivo es garantizar que su hijo logre una continencia urinaria adecuada para que lleve una vida normal, saludable y feliz. También se espera que la función sexual y la fertilidad sean esencialmente normales, por lo que es posible la futura parentalidad.