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Una segunda oportunidad tras insuficiencia renal

Duke y un donante no emparentado la liberan de diálisis.

27 de marzo de 2014

Beverly Graham soportó años de diálisis por enfermedad renal antes de someterse a trasplante de riñón. Siente agradecimiento por la segunda oportunidad que le brindaron su donante y los médicos de Duke. "Siento agradecimiento eterno a mi donante por su espíritu amoroso al compartir la vida conmigo", dice.

Como todos los receptores de trasplantes de órganos, Beverly Graham, de Winston Salem, ha pasado por muchas cosas. Todo comenzó en 2004 años cuando intentó comprar una póliza de seguro de vida y fue rechazada debido a la presencia de proteínas en su orina, un signo de un problema renal potencialmente grave.

Comenzó a ver a un nefrólogo local, siguió sus órdenes y la vida continuó. Luego, en 2007 años, le diagnosticaron glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS), que puede provocar insuficiencia renal.

Graham y sus médicos intentaron evitar la enfermedad con esteroides y otros tratamientos, pero al final no fue suficiente. "La bendición es que lo vi venir", dice Graham. "Podríamos planificar mi diálisis". Comenzó la diálisis y fue incluida en la lista de trasplantes de Duke en enero de 2009.

La diálisis no era un paseo por el parque, y Graham la soportó durante casi cuatro años. Le da crédito a sus amigos, familiares y especialmente a su madre por ayudarla a superarlo, con su amor, apoyo y oraciones.

Graham dice que nunca olvidará cuando su coordinador de trasplante le dijo el 12 de septiembre de 2012 que recibiría un riñón de un donante vivo que no conocía. Una mujer de Nueva Jersey había querido donar un riñón a una amiga, pero no era compatible. Así que ofreció su riñón a cualquiera que pudiera tomarlo, y su amiga recibiría otro de un donante compatible.

"Cuando me enteré de que me iban a poner un riñón... es muy difícil de expresar con palabras", dice Graham. "Después, me preguntaron si quería conocer a mi donante y dije que sí. Cuando nos conocimos, simplemente nos abrazamos". Tanto el donante como el receptor se enterarían de que la primera pregunta que se hacían después de la cirugía era cómo estaba el otro. "Estoy eternamente agradecido a mi donante por su espíritu amoroso al compartir la vida conmigo", dice Graham

Graham dice que no solo está agradecida con su donante, sino también con su cirujano, el Dr. Bradley Collins, y con todo el personal de Duke. "Me sentí como si estuviera en familia. Y ni siquiera me gusta ir al médico. ¡Son excepcionales!"

 

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