alerta de archivo De los archivos de DukeHealth.org. El contenido puede estar desactualizado.

Mito o realidad: se tarda siete años en digerir la goma de mascar

27 de agosto de 2013

Puede suceder a propósito o por accidente: un momento está masticando alegremente y, de repente, esa sabrosa goma de mascar está en su estómago. Y, como dice el viejo adagio, allí permanecerá el chicle durante los próximos siete años. Pero, ¿lo hará realmente? Eso no es probable, dice el especialista en gastroenterología de Duke Nancy McGreal, MD, quien desmintió este mito tan escuchado.

¿Qué sucede con la goma de mascar en el estómago?

La mayoría de las personas vacían el estómago entre 30 y 120 minutos después de comer, y eso incluye goma de mascar.

"La base de goma es insoluble, al igual que la base de fibra de verduras crudas, maíz, granos de palomitas de maíz y semillas", dice el Dr. McGreal. Nuestros cuerpos no cuentan con enzimas digestivas para descomponer de manera específica la base de goma.

Aunque se adhiere fácilmente al zapato, la goma de mascar no se adhiere a la pared del estómago ni al tracto intestinal. En lugar de permanecer durante años, la goma de mascar simplemente sigue el mismo camino que los alimentos y se excreta en las heces.

Una excepción a esto son personas con gastroparesis, o estómago paralizado, que puede resultar en una acumulación de alimentos en el estómago.

Pero incluso en casos extremos, el Dr. McGreal menciona que es poco probable que la goma de mascar permanezca en el estómago durante siete años. "En todas las endoscopias superiores que he realizado en niños y adultos, aún no he visto un fajo de chicle en el estómago", dice.

¿Es perjudicial tragar goma de mascar?

Aunque es indigerible para los humanos, el chicle, al igual que las semillas, los frutos secos y la fibra, no dañará el sistema digestivo. Sin embargo, advierte el Dr. McGreal, los edulcorantes naturales y artificiales de la goma de mascar sin azúcar pueden causar náuseas, diarrea y dolores de cabeza si se ingieren en grandes cantidades.

Dada la aparente inocuidad de tragar chicle, es difícil determinar el origen de este mito, pero una suposición razonable señalaría a generaciones de padres que intentan enseñar a la niñez a no tragar objetos que no son alimentos.

Obtenga más información sobre
Gastroenterología pediátrica