Cirugía artroscópica de rodilla para desgarros de menisco

La rodilla es una de las partes del cuerpo que se lesionan con mayor frecuencia, y los desgarros de menisco suelen ser la causa del dolor de rodilla y la lesión de rodilla.
El menisco es un cartílago resistente y gomoso que absorbe el impacto entre la tibia y el fémur y distribuye el peso por toda la articulación de la rodilla. Cuando este cartílago se desgarra, puede causar dolor e inestabilidad en la articulación de la rodilla. Los desgarros de menisco pueden ser consecuencia de una lesión por torsión durante actividades deportivas, como el fútbol o el fútbol americano, o incluso de algo tan simple como girarse para guardar los platos.
Síntomas de los desgarros de menisco
Personas de todas las edades pueden sufrir lesiones de menisco, pero cada edad tiene diferentes tipos de desgarros y diferentes formas de tratarlos. Casi todos los desgarros tienen síntomas similares, entre ellos:
- Dolor
- Hinchazón
- Sensibilidad
- Tendencia a ceder
- Síntomas mecánicos, como bloqueos, chasquidos y trabas
Diagnosticar un desgarro de menisco
Cuando experimente estos síntomas, es importante consultar a un cirujano ortopédico para que le examinen la rodilla y le den un diagnóstico preciso.
En ocasiones, para llegar al diagnóstico basta con una descripción de la lesión y examinar al paciente. Sin embargo, con frecuencia se utilizan radiografías y resonancias magnéticas (RMN) para identificar otras lesiones asociadas.
Los hallazgos más comunes en los exámenes incluyen sensibilidad sobre la línea articular donde está desgarrado el menisco, hinchazón y, a veces, pérdida de movimiento. Lo más importante que debe informar es si presenta síntomas mecánicos, como episodios de sensación de que la rodilla está atrapada o bloqueada.
Una vez realizado el diagnóstico de un desgarro de menisco, debe hablar sobre su plan de tratamiento con su cirujano ortopédico. Para la mayoría de las personas que presentan un desgarro de menisco sintomático con síntomas mecánicos, se selecciona cirugía artroscópica para extirpar o reparar el tejido desgarrado. Sin embargo, si usted tiene artritis, puede beneficiarse de una inyección y terapia física sin cirugía.
La artroscopia ha revolucionado la forma en que se realizan las cirugías de rodilla. En el pasado, un menisco desgarrado requería una incisión de tres a cuatro pulgadas y una noche (o dos) en el hospital.
Ahora, el desgarro del menisco se puede reparar con el artroscopio a través de dos incisiones pequeñas (de menos de media pulgada). La cirugía se puede realizar de forma ambulatoria en menos de una hora.
Normalmente, la cirugía se puede realizar bajo anestesia regional con sedación, por lo que el riesgo de la anestesia es mínimo. En ocasiones, se pueden colocar pequeñas suturas en el menisco desgarrado para coserlo nuevamente; esta técnica puede tratar con éxito desgarros grandes en personas más jóvenes. Si el desgarro es pequeño se puede eliminar.
Tiempo de recuperación rápido
La recuperación de la cirugía artroscópica de desgarro de menisco es relativamente rápida y la mayoría de las personas pueden reanudar sus actividades normales en unas pocas semanas, dependiendo del tamaño del desgarro y la reparación realizada. El alivio del dolor es enorme y el dolor de la incisión postoperatoria es mínimo.
Suele ser necesario realizar terapia física en el proceso de recuperación. Como en cualquier cirugía, existen riesgos, incluido el riesgo de infección o coágulos de sangre. Además, existen riesgos asociados con la anestesia que se utiliza durante el procedimiento quirúrgico.
Si bien los desgarros de menisco son comunes, dolorosos y limitan la actividad, estas lesiones se pueden identificar y tratar de manera rápida, sencilla y exitosa.