Una madre con cáncer de endometrio agradece el tratamiento inmediato que recibió en Duke

Raquel Ferreyra se acababa de separar de su marido y se estaba adaptando a la vida como madre soltera de tres adolescentes cuando le diagnosticaron cáncer de endometrio. Tras una frustrante experiencia en una clínica local, Ferreyra se puso en contacto con Duke y la atendieron a los pocos días. En la actualidad, no presenta signos de cáncer y está agradecida por el apoyo que recibió en el Centro Oncológico de Duke, así como de su familia y la comunidad.
Duke brinda atención médica inmediata frente a los largos tiempos de espera en otros centros
Cuando Ferreyra sufrió un sangrado vaginal anormal en 2022, intentó programar una cita en una clínica local. "Tenía que esperar un mes entero", expresó. Cuando finalmente llegó el día de la cita, sentía que algo estaba mal. "El médico ni siquiera abrió mi expediente para saber quién era", explicó. Por ende, pidió una cita con una ginecóloga en Duke Health Holly Springs, donde le hicieron una biopsia y un ultrasonido al día siguiente.
Ferreyra se sintió tranquila después de la biopsia y volvió a trabajar como profesora de español en una escuela secundaria. Dos días después, en su cumpleaños y durante un almuerzo con su hija, la médica llamó y le dijo a Ferreyra que padecía cáncer de endometrio. La paciente cuenta que la doctora le dijo que le había programado una cita en el centro oncológico de Durham.
En la cirugía, se descubre que el cáncer está en una etapa más avanzada de lo esperado
Ferreyra tuvo su primera cita en Centro Oncológico de Duke con el oncólogo ginecológico Andrew Berchuck, MD. Explicó que, en su caso, probablemente, se requeriría solo una cirugía como en la mayoría de los cánceres de endometrio. "Esperábamos realizar una cirugía mínimamente invasiva, obtener un buen informe y decirle que no necesitaría ningún tratamiento adicional", afirmó el Dr. Berchuck.
Por desgracia, la situación no fue tan sencilla. El resultado de Ferreyra dio positivo para COVID el día de la cirugía, por lo que debió postergarla un mes. Durante el procedimiento, el Dr. Berchuck descubrió que padecía cáncer en etapa 3 y que se había diseminado a los ganglios linfáticos circundantes. "Su caso resultó ser poco común", dijo el Dr. Berchuck. Luego de la cirugía, Ferreyra se sometió a seis sesiones de quimioterapia y a posteriores tratamientos de radiación diarios durante seis semanas.
El apoyo familiar y comunitario ayuda a superar el tratamiento
A pesar de no tener familiares cercanos, la mujer nacida en Argentina contó que nunca se sintió sola. Su hija mayor la llevaba a las citas y su hijo la ayudaba a subir las escaleras e ir al salón de clases todos los días cuando se sentía débil.
"Uno de mis antiguos alumnos trabaja como cardiólogo pediátrico en Duke", dijo. "Se presentó a mi primera cita". Su padre, que solía ser el ginecólogo de la paciente, condujo tres horas para acompañarla en la segunda cita. "Me hizo muchas preguntas", comentó.
Las enfermeras y el personal de Duke ayudaron a Ferreyra a solicitar asistencia financiera y reunieron la documentación necesaria para acelerar la visa de su madre a fin de que pudiera viajar desde Argentina y quedarse con Raquel. Las enfermeras respondieron de inmediato a las preguntas de la paciente. "Sentí que estaba en las manos correctas", expresó.
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Un año después del diagnóstico, los estudios no muestran signos
Una vez que Ferreyra finalizó la quimioterapia y la radiación, desapareció toda evidencia de la enfermedad. Al recordar cómo se sintió después de esa primera cita en la clínica local, Raquel agradece haber cambiado de rumbo. Está agradecida por la atención inmediata que recibió en Duke. "La incertidumbre es la peor parte, por eso uno quiere que lo atiendan", manifestó. "En Duke, todo se hizo de inmediato y eso es poderoso".