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El lado positivo de un diagnóstico de cáncer de mama

Como muchas mujeres, para Jean Costa el diagnóstico de cáncer de mama fue el comienzo de un camino.
Durante el tratamiento de Jean Costa en el Centro Oncológico de Duke, agradeció el apoyo que recibió del Programa de Apoyo al Paciente con Cáncer (DCSP) de Duke. Tan agradecida, de hecho, que cuando terminó su tratamiento en 1999, decidió retribuir. "Gracias a la amabilidad y el apoyo que recibí durante mi tratamiento por parte del Programa de Apoyo al Paciente con Cáncer de Duke, me sentí complacida y honrada de convertirme en miembro de su consejo asesor", comenta.
El programa de apoyo al cáncer proporciona servicios y recursos para ayudar a los pacientes y a sus seres queridos a lo largo de su experiencia con el cáncer. "Creemos en el tratamiento de la persona en su totalidad, no solo del cáncer", dice Cheyenne Corbett, PhD, directora del programa.
Costa es una instructora de yoga que practica desde hace más de 35 años. Sabía que la disciplina podía ayudar a otros pacientes como la había ayudado a ella. "El yoga me ayuda a ser consciente y me ayuda a mantenerme en contacto con mi cuerpo mientras me hace sentir fuerte, física y emocionalmente. Con esto en mente, sentí que sería el vehículo perfecto para otras sobrevivientes de cáncer de mama", dice.
Así que en 2005, Costa se asoció con otros voluntarios para crear el Pink Ribbon Yoga Retreat para mujeres sobrevivientes de cáncer de mama. Es un evento de cuatro días que se celebra cada año en una playa de Carolina del Norte. El retiro es patrocinado por el DCPSP.
"Cáncer es una palabra que da miedo", dice. "La sanación llega cuando se nutre la mente, el cuerpo y el espíritu, y eso es lo que ofrecen el retiro y la DCPSP".