Una mujer de Raleigh agradece el tratamiento contra el cáncer en Duke que le salvó la vida

Por Esther L Ellis
21 de noviembre de 2023
Una mujer en la sala de meditación del Centro Oncológico de Duke.

Alexa Baltazar sentada en la "Sala Tranquila" del Centro Oncológico de Duke, en Durham.

Alexa Baltazar tenía 28 años cuando le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, un cáncer en la sangre que se disemina rápidamente. Nacida y criada en Raleigh, sabía que Duke Health le brindaría la mejor atención médica contra el cáncer. Ahora, a los 30 años, ya no tiene cáncer.

Acude a la sala de emergencias y le diagnostican leucemia

Baltazar acababa de casarse, viajaba con frecuencia y se había convertido en propietaria de su primera vivienda cuando que tenía hematomas recurrentes y mareos. Acudió a la sala de emergencias, donde le dijeron que tenía leucemia. "No lo podía creer", confesó Baltazar. "Estaba muy sana: no fumo, como alimentos saludables y hago ejercicio. Estaba muy asustada". 

Baltazar, ávida seguidora de los Tar Heel, dejó a un lado las rivalidades y buscó atención médica en Duke. "Duke cuenta con recursos y médicos que están a la vanguardia de la investigación del cáncer", afirmó. De hecho, recordó haber encontrado una investigación publicada por su oncólogo de atención primaria, Harry P Erba, MD, cuando buscaba información sobre su cáncer. "Saber que mi equipo médico está a la vanguardia de la innovación me tranquilizó mucho", reveló.

Escuche a Baltazar y conozca su proceso de tratamiento contra el cáncer en Duke.

El trasplante de médula ósea aumenta la probabilidad de que el cáncer remita

Como su cáncer era tan agresivo, Baltazar recibió quimioterapia con el fin de destruir las células cancerosas. Cuando sus médicos le recomendaron un trasplante de médula ósea, tuvo suerte de que su hermana fuera perfectamente compatible. Según Mitchell E. Horwitz, MD, especialista en trasplante de células madre de Duke, la compatibilidad entre hermanos solo sucede el 25 por ciento de los casos. 

"Su leucemia tenía características que hacían más probable su reaparición", explicó el Dr. Horwitz. "Realizamos el trasplante de células madre, que reemplaza su sangre y elimina cualquier célula cancerosa que haya quedado". Tener a su hermana como donante de médula ósea aumentó aún más la probabilidad de que se curara del cáncer. Además, "no tendría tantos efectos secundarios peligrosos en comparación con alguien que no tuviera compatibilidad perfecta", explicó Baltazar. 

Recuperarse del trasplante no fue fácil. "Causa un gran impacto en el cuerpo", señaló el Dr. Horwitz. "Tuvimos que reiniciar su sistema inmunitario por completo y luego reconstruirlo". En los siguientes meses, Baltazar tuvo que someterse a revisiones, transfusiones y pruebas diarias. Con el paso del tiempo, recuperó fuerzas y empezó a disfrutar de placeres sencillos, como conducir y caminar por la calle sin mascarilla. "Volver a tener esas pequeñas libertades en mi vida me hizo apreciarlas mucho más", confesó.

Sin cáncer y con una vida para disfrutar

Hoy, Baltazar no tiene cáncer, ha regresado a su trabajo y viaja con sus amigos y su esposo. Está agradecida con su equipo en Duke y cree que la atención rápida y personalizada que recibió le salvó la vida. "Cuando te diagnostican cáncer, el tiempo pasa a ser esencial", afirmó. "Saber que te pueden atender en 48 horas te tranquiliza bastante. Tu equipo médico puede diseñar rápidamente un plan para que recibas tratamiento contra ese cáncer".

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